Sr. alcalde, ¡llame!


semana santa la Medina abonados
Palco de entrada a la carrera oficial./Foto: BJ

Desde antes del verano, quizás en torno a la primavera, este periódico viene ocupándose de aquello que comenzó como un temor, y que, con el tiempo, ha ido adquiriendo el tinte de tragedia. Algo sobre lo que a esta Corporación Municipal, novel en estas lides, ya le estábamos recordando, día tras día: que esto iba a pasar.

En honor a la verdad, desde la Delegación de Hacienda, el Sr. Fuentes, ha sido el hilo de diálogo con la Agrupación, y el que se ha esforzado en buscar soluciones. Pero, quizás desde el Consistorio se fue transmitiendo a las cofradías que, al no celebrarse las procesiones de Semana Santa, se podrían realizar las pertinentes justificaciones del gasto (hasta 300.000 euros). Pero mira por donde, la persona responsable de intervención, es decir, la que tiene que rubricar la conformidad de las facturas, dice que ‘nada de nada’.

Y he aquí que la señora interventora pasa a ser la mala malísima de la peli. Y no es así. Esta señora se limita a cumplir la ley a tenor del convenio que firman el Ayuntamiento y la Agrupación de Hermandades y Cofradías ¿Quiénes son los responsables? El órgano de gobierno de ambas instituciones: Ayuntamiento y Agrupación ¿Por qué? Por haber establecido un convenio que no respondía a la realidad. Así de sencillo y simple

¿Dónde radica el problema? En el tipo de convenio que se establece. Es decir, que tras meses de dimes y diretes, de que esto, luego aquello, mañana lo otro…, se hubiera establecido un acuerdo que abarcara la actividad cofrade con un sentido global. Es decir, no sólo una subvención que contemple la estación de penitencia, máxime cuando ya en años anteriores, con el señor Aumente, se había dado un giro a cuenta del montaje de los palcos y sillas de la carrera oficial.

Hablamos de un convenio que contemple la actividad genérica que llevan a cabo las hermandades y cofradías. Porque, para quien lo ponga en duda, ¿existe alguna asociación o colectivo asociativo de la ciudad que alcance a mayor número de la población? El sempiterno representante del movimiento ciudadano, el señor Juan Andrés Gracia, ya le gustaría contar con el control del ambiente asociativo de las cofradías para perpetuarse por siempre, por los siglos de los siglos, como el alcalde en la sombra hasta la eternidad. Pero, gracias a los anticonstitucionales estatutos de la participación ciudadana, las cofradías somos un cero a la izquierda en el mundo asociativo cordobés como los son las AMPAS de colegios concertados y otros, y posiblemente también al silencio y a la inactividad social de la Iglesia a tenor de su Doctrina Social . Sí, la Iglesia de Córdoba enmudece, duerme, no reclama su espacio y anima a las innumerables asociaciones a hacerse presente. Y sí, no estoy de acuerdo con el anterior presidente de la Agrupación que nunca quiso sentarse con el movimiento ciudadano. Por aquello de que las Cofradías ‘son otra cosa’ , no son movimiento asociativo y han de evangelizar desde dentro.

En esta línea, no tan espiritual, las hermandades aportan una riqueza histórica, patrimonial y cultural e inmaterial de valor incalculable: quién pone precio a la túnica del nazareno de Córdoba, quién tasa el grupo escultórico de las Angustias; quién alcanza a cuantificar la mirada de la Divina Nazarena; o la contemplación del Esparraguero en la plaza del Alpargate, o el Cristo de la Misericordia en el atrio de San Pedro, o el Cristo de las Penas en la plaza de la Corredera, o el Santo Sepulcro en su entrada en la Santa Iglesia Catedral, o la Señora de Córdoba ante el Cristo de los Faroles, o la Señora de la Paz entre el verde que enloquece la luna con aroma azahar, o la Esperanza desgranando la pena y la misericordia en el Bailío; o quién no quiere estar en el ocaso del domingo de Ramos en San Francisco para ver al Huerto y la Candelaria; o el Jueves Santo para orar ante el Señor de la Caridad, o mirar hacia adentro del corazón en las recoletas calles de la judería al paso del Santo Cristo de la Salud, quién se derrumba con la Señora de la Merced… ¡Quién no muere con …!

Es muy triste, que hayamos llegado a esta situación bajo un gobierno del Partido Popular que, en su anterior mandato, y luego en la oposición, -y más si nos remontamos a épocas pasadas, siempre de la mano de Luis Martín, Carmen Sousa y Nani Caracuel- ha participado activamente y ha constatado en primera persona las necesidades y aspiraciones de nuestras Hermandades y Cofradías. Hay quienes comentan que con ellos esto no hubiera pasado.

Con el comunicado de la Agrupación de Hermandades y Cofradías se despeja una incógnita: éstas han cumplido con lo que se les ha pedido tal y como manifiestan: “Las hermandades han aportado los documentos requeridos en tiempo y en forma, tal y como se ha ido indicando en todo momento por los concejales encargados, llegando a justificar un importe superior a 300.000 euros”.

Dicho esto, Señor Bellido, usted que de números sí que sabe -ya lo demostró ampliamente en su anterior etapa como concejal- ahora le toca coger el toro por los cuernos y liderar esta situación, poner orden, y como buen cofrade que es y excepcional servidor público, ponga punto final a este dislate. Es el tiempo del alcalde, de sentar a la oposición y a la agrupación, y a los suyos, y como buen capataz decir, ¡ahí queó! Y tras un silente reposo, llamar de nuevo y ahora sí que sí, nos vamos al cielo y soñemos ya con el mañana.

Y señor Bellido, soñar pasa porque, en el inmenso mar de decretos coronavirus que se aprueban en este Consistorio, pensemos en las Cofradías y, por ende, en el inmenso mundo de los puestos de trabajo indirectos que se ven afectados; procure, por vez primera, un convenio que supere la Estación de Penitencia y abarque la inmensidad de las actividades culturales, patrimoniales, sociales… de las Hermandades a lo largo del año.

Señor Bellido, no seré yo quien cuestione su capacidad gestora y administrativa, nadie me tiene que convencer de sus posibilidades. Ya están harto demostradas. Basta que usted deje de entretenerse en la foto del día. Y lidere una barcaza, no cualquiera barcaza de nuestro Guadalquivir, sino el trasatlántico de las Hermandades y Cofradías cordobesas, que no son cualquier cosa. Por favor, lidere esta situación y ponga punto final a este despropósito. Y ya para terminar le preguntaría, en este caso, desde la familiaridad y amistad: querido José María, ¿ cómo hubieras reaccionado si esta misma situación te hubiera cogido en la oposición?.

Hoy es el día del líder, y ese eres tú. Ya el toro espera la muleta. Ahí está. Y en términos cofrades, ahora toca apretar y morir por el que “va arriba”. Ahora toca la voz del alcalde, el capataz, que mande y de paz, sosiego y confianza y haga que las bambalinas nos hablen del cielo, de la gloria, y que muy pronto un palio se dibuje en una madrugada cordobesa.