Sorprendido y feliz


José Antonio Nieto, no solo tiene el aval de haber sido alcalde de Córdoba, que ya es mucho; sino también, secretario de Estado del Ministerio de Interior

nieto José Antonio Nieto. /Foto: Jesús Caparrós sorprendido
José Antonio Nieto. /Foto: Jesús Caparrós
nieto José Antonio Nieto. /Foto: Jesús Caparrós sorprendido
José Antonio Nieto. /Foto: Jesús Caparrós

Hoy hemos conocido la composición del nuevo gobierno de la Junta de Andalucía. Y me he quedado sorprendido e incluso me he restregado los ojos varias veces porque me parecían increíbles e insólitos algunos nombramientos, especialmente, el de mi querido y admirado amigo, José Antonio Nieto; igualmente, el de mi querido feligrés, José Carlos Gómez Villamandos. 

Más aún, cuando minutos después de hacerse público veía en las redes sociales, cómo una marea improbable e irreal, de halagos y agasajos por afines y no afines se desplegaba en favor de José Antonio Nieto, al que habían dado por muerto y enterrado. No me sorprendían las referencias a José Carlos, porque lo ha hecho muy bien como rector de la UCO y presidente de universidades, quizás no sabría decir si acertó en la sucesión, y también, si no le faltó cierta fortaleza para vencer ese aura de supremacía de lo público sobre iniciativas privadas en el ámbito universitario. No obstante, ha realizado un gran trabajo y ahora tiene la oportunidad de desarrollar, según su conciencia y sabiduría, aquellas convicciones que harían del sistema universitario andaluz un mar de libertad educativa.

José Antonio Nieto, no solo tiene el aval de haber sido alcalde de Córdoba, que ya es mucho; sino también, secretario de Estado del Ministerio de Interior en un tiempo muy muy difícil para España, demostrando, en el juicio del ‘procés’, muy por encima de sus superiores e inferiores, la categoría moral y responsabilidad política. Pero aun más, dio una lección de algo que está ausente en la vida política, la humildad. Él tuvo la oportunidad de ser el candidato a presidente de la Junta; el partido, en los equilibrios de poder optó por su competidor, Juanma Moreno. Nieto, ha mostrado y demostrado en estos años como portavoz parlamentario y coordinador de campaña a nivel local su fidelidad y lealtad. Porque es así. Un hombre de orden, como diría un amigo común. En cambio, hubo algunos, no todos, claro está, que quisieron enterrar al padre. Pero Juanma ha dado una lección de honestidad, valentía, y capacidad para crear y cohesionar un partido con mayoría absoluta, que necesita de hombres como Nieto, hombres de consenso y dialogantes para sumar y no dividir, moderar y alejar cualquier vestigio de radicalidad, de hacer una Andalucía sin distancias, sin clases…, y para eso, José Antonio Nieto es el hombre indicado.

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Juanma Moreno y José Carlos Gómez Villamandos. /Foto: LVC

También estoy esperanzado con el nombramiento de José Carlos en Universidades, y Patricia en educación, tras realizar un trabajo más que meritorio en la Consejería de Cultura, que ambos sean capaces de orientar el sistema educativo de modo que responda a las necesidades del sistema productivo, y con ello, reduzcamos el número de jóvenes que terminan sus carreras y van a engrosar las listas del paro. Pongo, por ejemplo, el tema de enfermería. Seguimos con la misma oferta educativa de hace unos 30 años, salvando las 50 o 60 plazas generadas en la Universidad de Jaén. Hoy en día, hay más centros sanitarios públicos, ha crecido la oferta de centros o clínicas privadas, residencias de ancianos… y no tenemos enfermeros y enfermeras en Andalucía ¿Saben dónde están? En otras comunidades autónomas o en el extranjero porque obtienen mayor estabilidad y remuneración. Aquí en Andalucía la demanda es muy muy superior a la oferta. Y el sistema se está colapsando. Y aquí, nadie pone remedio. Este es el resultado de una política de izquierdas mezquina durante tantos años. No adecuar el sistema educativo a las exigencias del sistema productivo.

Antonio Repullo./Foto: Junta de Andalucía
Antonio Repullo./Foto: Junta de Andalucía

No quiero acabar este artículo sin una mención a mi admirado Antonio Repullo. Un hombre cabal e íntegro que en el tiempo como delegado de Gobierno Andaluz en Córdoba ha sabido ganarse el aprecio y respeto de alcaldes de un signo u otro político, porque es una persona a la que le importan las personas y los proyectos buenos. Juanma Moreno ha sabido valorar la discreción y sencillez de Antonio entregándole las riendas del partido en Andalucía. Una grave responsabilidad para los próximos meses que se avecinan. Estoy convencido, sin temor a equivocarme, que Antonio va a superar cualquier expectativa, porque ese es su modo de ser y actuar: silente, observador, analista y determinante en sus decisiones.

Ciertamente feliz, y si me apuran, fuera de consideraciones y batallas políticas, nada sorprendido, pero ya saben, aquello de la canción: “no estaba muerto…”, mientras otros lo estaban enterrando y tomándose un medio por aquello del dicho: “quien va a un entierro y no bebe vino el suyo viene de camino”. Mira por dónde ha aparecido, no estaba de parranda, mejor, estaba haciendo lo que honestamente hay que hacer, trabajar, trabajar y ser fiel a sus convicciones. Por ello, querido José Antonio, esos, hoy de vueltas aduladores, se van a “comer la paja del colchón”. Ya sabes.