O de lo que aconteció la noche oscura en que la prócer (o proceresa) Ambrosio tropezose con el Caballero veinticuatro García en la calle que fue Cruz Conde, y que ahora tiene rima.
Paseaba la alcaldesa
por el centro hace unos días
con el gesto ensimismado,
meditabundo, diría,
pensando en las elecciones
que renuevan la alcaldía.
El ocaso había pasado
(El lector hábil lo pilla.
Y es que tiene dos sentidos:
Primero que anochecía,
y que Ambrosio en su paseo
iba por Cruz Conde arriba)
cuando de pronto una sombra
le dio el susto de su vida.
-Tenga el reloj y las joyas,
más por favor, no me siga….
-Caramba-, dijo la sombra
-Es la voz de Isabelita–.
–¿Pero cómo, no me ves?
Que soy yo, Pedro García–
-Ay, Pedro, hijo, perdona.
Ni de cerca te veía-
–Es que estamos combatiendo
la incontinencia lumínica,
que no sé muy bien qué es
pero suena progresista-.
–Pues a ver cómo explicamos
al votante esta desidia,
que los comercios nos culpan
de no cambiar las bombillas.–
-Pues tú diles, Isabel,
que esto es por las cofradías
de negro, que son “mu” tristes
y piden en su salida
que se apaguen esas luces
cuando van de recogida.
-Pero no es semana santa –
-Son ensayos, madre mía-
-Y además, por esta calle
ya no pasan cofradías
desde que estos se llevaron
la carrera a la Mezquita –
–Tendremos que resolver
ese asunto, cualquier día.
Pero no con elecciones
a la vuelta de la esquina.
-Pues hablando de estos temas,
tenemos otra porfía:
Que quieren unos cofrades
usar durante unos días
un centro municipal.
Fíjate qué tropelía.
Ni que fuesen los cofrades
parte en la ciudadanía.
–Tú le habrás dicho que no –
– No he dicho esta boca es mía.
Que para eso está Alba Doblas,
que es como tú, comunista.
Pero nos ha replicado
hasta nuestra asesoría
que tiene mala defensa
porque, cosas de la vida,
los centros hemos cedido
para cuestiones políticas
a la izquierda radical
que apoya nuestra alcaldía.
–Caramba con los cofrades.
en el zapato una china
resulta menos molesta
que bregar con cofradías.
Menos mal que está Al-zahara,
esa asociación amiga
que dice lo que queremos
nosotros que alguien les diga.
–Por eso sus directivos
terminan en nuestras listas.
Pero estamos en campaña
y votantes en las filas
de nazarenos habrá.
De modo que hasta la vista.
Voy a Nelson y Carreras,
a ver si me tienen lista
la peineta que encargué
«pa» vestirme de mantilla.