Ómicron


En ese largo etcétera de excusas propias del catálogo del mal estudiante, la situación empieza a tornarse semidescontrolada, por no decir algo más fuerte

Ómicron.
Ómicron.
Ómicron.
Ómicron.

El Centro Europeo de Prevención y Control de Enfermedades (ECDC), una agencia vinculada a la Unión Europea, ha endurecido su mensaje y ha lanzado una alerta cuanto menos inquietante: la vacunación por sí sola no es suficiente para detener el impacto de la variante ómicron. Así lo recogía El Debate este martes.

La advertencia del ECDC llega tras un final de verano y un otoño en los que, siendo realistas, el levantamiento de las restricciones nos ha llevado a actuar, en la mayor parte de los casos, como si el coronavirus ya fuese historia. Pero aparto de mí el cáliz de acusar a la gente de irresponsable, pidiendo que sean responsables, que es el eufemismo de la mayor parte de políticos para llamarnos eso, irresponsables. Y de camino echarnos la culpa o quitarse el marrón de encima.

Gestionar una pandemia reconozco que no debe ser sencillo, pero en casi dos años ya ha dado tiempo para aprender algunos conceptos y hacer algo bien, porque, seamos realistas, los gestores (ya no se autodenominan políticos) son los primeros que no han estado a la altura. Y, si no saben resolver problemas, al menos, como gestores que se dicen, deberían saber gestionarlos de la mejor manera posible.

Pero en este caso hablamos de aquellos que tienen el vicio acumulado de echar la culpa al que pasa, como parte de su oficio -porque en su mayoría, fuera de la política no tendrían nada-. Y así la mutación llamada Ómicron nos ha vuelto a coger con los malos hábitos del pasado, sin cerrar fronteras o realizar un mínimo control en ellas, asegurando que no hay que preocuparse, que los síntomas son leves, que las vacunas funcionan, que los culpables ahora son los no vacunados (esto mientras presumen de que el noventa y tantos por ciento de la población está “inmunizado”)…

En ese largo etcétera de excusas propias del catálogo del mal estudiante, la situación empieza a tornarse semidescontrolada, por no decir algo más fuerte y se agarran a un pasaporte covid que nada tiene que ver con que estés o no infectado. Sí tiene más que ver con la libertad individual, pero ómicron les dejará algo positivo, nos quitarán otro poquito sin que nadie proteste.