Domingo de Ramos


Se mezcla la alegría y el dolor. El gozo de tener un Rey bueno y la hiel de verlo maltratado por nuestra culpa

Entrada Triunfal./Foto: Rafael A. Ojeda recorrido
Entrada Triunfal./Foto: Rafael A. Ojeda

Muy queridos todos:

Con gozo llegamos a estos días santos, los más importantes del calendario cristiano para nosotros, en los que celebramos y meditamos la Pasión, la Muerte y sobre todo, la Resurrección del Hijo de Dios.

En esta mañana, aclamamos al Señor como el hijo de David, el que viene en nombre de Yahvé, el Mesías anunciado por los siglos, con ramas, con galas, con palmas, como aquellos hebreos que lo acogieron en Jerusalén como a un rey en toda regla, alfombrando su paso con los propios mantos. La alegría no puede faltar en este día en que reconocemos a Cristo, nuestro Rey, soberano de nuestra vida, de nuestras voluntades, palabras y acciones.

Que nuestros mantos sean los malos criterios y nuestros pecados, echados para que Cristo los pise y se vea que es el Vencedor y no el vencido, como este mundo nos quiere hacer ver. Nuestras palmas sean nuestras buenas obras, hechas en secreto unas y en público otras, para que las vea la gente y crean, que nuestras ramas de olivo sean nuestros deseos de paz con todos y en nuestro interior, por la conversión obtenida durante la cuaresma.

Hoy leemos la pasión según san Lucas, amplia y reposadamente, que nos deja sin aliento, nos sobrecoge y nos entristece al ver lo que tuvo que soportar Nuestro Señor por nuestras miserias humanas. No seamos tan lerdos de afirmar después, que no tenemos pecados.

Se mezcla la alegría y el dolor. El gozo de tener un Rey bueno y la hiel de verlo maltratado por nuestra culpa. Por eso hemos de amarlo; sólo su amor vale más que la vida y así lo demostraron los mártires de todas las épocas, derramando su sangre por el Gran Amado al grito de ¡viva Cristo Rey!

Gritemos a este Señor humilde y honremos su Cuerpo y Sangre con la asistencia a los Santos oficios y la confesión debidamente realizada, para comulgar como hijos de este gran Rey.

Feliz Domingo de Ramos a todos y cada uno.