Hay que despertar ya


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Mujer con mascarilla. /Foto: LVC

Negar que existe el coronavirus es tan absurdo como negar el sol. Pero habrá mucha gente que me rebata esta afirmación, e incluso que me tilden de insensata o alarmista. Es lo que me encuentro en redes sociales ante las noticias diarias sobre la evolución de la pandemia. Cantidad de gente que llama catastrofista a los que denuncian la gravísima situación sanitaria que está viviendo prácticamente el mundo entero.

Pero ahí están las muertes, que van aumentando día a día y aunque creo que nunca llegaremos a conocer el número exacto de ellas por este maldito virus, sí que es innegable que ola tras ola se va multiplicando, tanto el de contagiados, como el de ingresados y fallecidos.

Los sanitarios comunican de forma reiterada que las plantas Covid están al límite nuevamente. Las UCIS a punto de colapsar y los hospitales prácticamente parados para todo excepto para atender esta enfermedad. Ruegan que cumplamos las medidas que han establecido como imprescindibles porque ellos ya no pueden más. Sus fuerzas están llegando al límite. Son muchos los meses que llevan trabajando al mil por cien sin apenas tener un descanso o poder tomarse unos días de vacaciones.

Medidas que, por cierto, no son nada complicadas de seguir y que si cumpliéramos otra sería la realidad a la que nos enfrentamos.

No vemos féretros. Eso no interesa. Es mejor seguir mintiendo y disimulando sobre lo que hay. No es agradable presentar cada día las filas interminables de ataúdes que tendrían que mostrar si contaran lo que de verdad está pasando. Cada día nos encontramos con cifras tan alarmantes a las equivalentes a dos aviones llenos de pasajeros que se estrellaran y no sobreviviera ningún pasajero.

No, no se trata de ser alarmista o morboso, sino remover conciencias para hacer ver que así no llegamos a un buen fin, que está el panorama más cerca del negro que del gris.

Y yo me pregunto ¿realmente nos mienten o es que nos interesa creer lo que nos dicen y no hacer lo que sabemos que debemos hacer?

15 de las 17 Comunidades Autónomas han pedido al Gobierno que tome medidas restrictivas más fuertes debido a la situación que estamos atravesando, pero el gobierno no lo considera oportuno. ¿Creerá que iremos a mejor si continúa permitiendo hacer la vida como hasta ahora? ¿No están viendo lo que está pasando día a día?

Yo poco salgo a la calle, excepto para trabajar y comprar lo necesario para vivir, y me consta que, como yo, son muchas las familias que han restringido su actividad a lo estrictamente necesario, pero no son pocas las fotografías, vídeos y reportajes que nos muestran a la gente en la calle, en los bares, sin guardar distancia de seguridad y sin mascarillas. Gente que, si es reprendida por otros por no llevar mascarillas o por estar parados en la calle en grupo numeroso, sin guardar distancia de seguridad, saltan con improperios y diciendo que ellos hacen lo que quieren porque nos están limitando nuestra libertad al exigirnos las mascarillas para una pandemia que, según ellos, es inventada.

Y lo peor es que parece que todo ello no importa. El Gobierno, cree que esto podrá solucionarlo más adelante, quizás cuando se celebren las elecciones catalanas. Pero tal y como estamos ya, la ola siguiente puede ser tan horrible que no haya lugar para poder acoger ni a más enfermos, ni a moribundos.

Y son muchos los que piensan que con ellos no va, que seguramente ellos estén inmunizados y que les pasa a los demás, y así vamos contagiándonos por la falta de prudencia que una gran mayoría de la población tiene.

No quisiera que se vieran estas letras como un desaliento o una falta de esperanza, más bien me gustaría que se tomaran como una llamada a la responsabilidad, a abrir los ojos y ver que la solución está en el confinamiento voluntario en todo lo que podamos y en la observancia de las normas.

¡Negar la pandemia es tan absurdo como negar que existe el sol!