Bellido aplica un «155» en el IMDECO


Bellido Albás
El alcalde e Isabel Albás en su rueda de prensa sobre los primeros cien días de mandato. / Foto: LVC

Con la crisis provocada por la dimisión de la gerente del IMDECO, su escenificación y repercusión pública y el papelón del concejal Torrejimeno, el alcalde Jose Mª Bellido se ha visto en su primera prueba de fuego.

Y la respuesta no se ha hecho esperar colocando de gerente, con el apellido de provisional como si en política algo fuese definitivo, a una persona de su total confianza, con un claro perfíl de controller de gestión y conocedora, al dedillo, del «toro» que va a lidiar al que llevaba semanas «auditando». El puñetazo en la mesa es indiscutible.

Desde octubre era comidilla  de pasillos en el Ayuntamiento  que las cosas en el IMDECO no iban bien. Que siendo cierto que esa casa  arrastra deficiencias de gestión históricas, con la presencia de Ciudadanos en la presidencia política y en la  gestión técnica la cosa no sólo no ha mejorado sino que empezarón a sucederse episodios raros que encendieron la luz de alarma en la planta noble de Capitulares.

Ya publicamos en la Voz de Córdoba que los reparos y disconformidades de la  Intervención Municipal con la gestión pública de los eventos promovidos por el IMDECO no iban a pasarse por alto. Nadie debe olvidar que el Alcalde lo es hoy por su valorada  gestión como concejal de Hacienda en el gobierno de Jose Antonio Nieto. Y que con esa buena reputación de gestor se ganó el respeto y consideración de los «popes» del Ayuntamiento: Intervención, Tesorería, Oficial Mayor.

Así las cosas, la línea roja que Bellido nunca va a permitir cruzar a cualquiera de los ediles y directivos  que le acompañan en su travesia de gobierno es que la gestión de algún  área levante suspicacias en los habilitados nacionales de la casa Consitorial.

Por eso, la decisión adoptada con el nombramiento del nuevo gerente del IMDECO supone nitidamente  que el Alcalde, con su nucleo duro de gestión, «interviene la dirección y administración» de un área adjudicada a Ciudadanos en el pacto de gobierno.

Y aunque no frene las críticas políticas de la oposición  si construye un dique de contención que salva la responsabilidad del PP en todo este asunto. Otra cosa es lo que pase en el partido naranja, pero esa es «harina de otro costal».

Además, supone un aviso a navegantes para otras parcelas municipales que gestiona la formación centrista y que también están  provocando demasiado ruido para el «gobierno tranquilo» que quiere Bellido en estos cuatro años.