Contrariados


Paula Badanelli, Isabel Albás, José María Bellido y Salvador Fuentes. socios
Paula Badanelli, Isabel Albás, José María Bellido y Salvador Fuentes. /Foto: JC

Para los que añoramos la seguridad del bipartidismo, que durante años tan buenos réditos dio a los españoles, la realidad social y política de este tiempo se nos antoja ajena. Aunque en su momento vivido ni fue tan tranquila ni tan pacifica la confrontación partidista.

A mi edad me apunto a las coplas de Jorge Manrique, y anhelo que “cualquier tiempo pasado fue mejor”.

Los de ahora me dirán que la culpa de la situación de Estado fallido, sociedad anestesiada y parcialmente injusta con lo sufrido viene de las “debilidades” de aquel sistema.

Sin duda, nada es perfecto. Tampoco lo que viene o vendrá. La vida es cíclica y nadie escarmienta en cabeza ajena.

A los de la mayoría natural de toda la vida nos molesta oír el adjetivo de cobarde o el adanismo dialéctico. Algo habremos hecho bien en el pasado.

Sin embargo, reconocemos que gracias a esa estrategia de diversificación de la oferta electoral, y tras los fiascos de 2015,  se recuperaron para el centro derecha votantes que han permitido tres gobiernos regionales y decenas de alcaldías.

Además , reconocemos los errores y aceptamos la necesidad de nuevas recetas para sanar y vitalizar.

Incluso valoramos el heroísmo de quienes presentan Batalla Cultural. En ese camino, y en la defensa del llamado ‘régimen del 78’, conmigo y con La Voz que cuenten.

Pero también nos incomoda el exceso en reprender y mucho más insultar y despreciar ideológicamente al que está llamado a caminar de la mano.

Como ocurre a Juanma Moreno y a Juan Marín, según nos decía el vicepresidente naranja en su visita a Córdoba el pasado viernes , con algunas situaciones vividas la semana pasada en la carrera de San Jerónimo nos sentimos un pelín “contrariados”.

Llevamos días en resaca mediática y tuitera de la lucha fratricida. Algo que pasa en las mejores familias: que me levanto de la mesa, que mientras esto siga así no me esperéis a cenar, que me voy solo a la parcela porque no os soporto… En fin, la vida misma.

Pero confiando en la buena “sesera” de los unos y los otros. Votamos por no volar los puentes.

El electorado incluso puede premiar “la diferenciación” ensanchando el caladero actual pero les castigaría sin piedad si olvidan lo que les une: en lo más próximo,  que el color “rojo” no vuelva a presidir ni Capitulares  ni San Telmo.

Dentro de la tempestad nos quedamos con el mensaje de tranquilidad del líder agraviado del partido verde garantizando que la riña de hermanos no tendrá consecuencias allá donde los azules necesitan a los de Abascal para seguir gobernando.

Aquí en Córdoba la mejor noticia fue que mientas Pablo zurraba a Santi, el concejal de Hacienda y la portavoz de Vox seguían aprobando bajadas de impuestos en beneficio de las familias y pymes cordobesas. Mi aplauso.

Por seguir el hilo del brillante artículo que ayer nos regaló Jesús Cabrera: apostemos por  más  Salva y menos Cintia.