El Ejército no falló


base logística
José María Bellido. /Foto: LVC

Los que defendemos la planificación estratégica para cualquier proyecto vital sabemos de su utilidad como herramienta para la obtención del mejor resultado.
El fin de la planificación es la acción estudiada y ordenada para conseguir el objetivo fijado.
Hace unos años un ilustre militar que lideró la Brigada , y que  ha tenido o tendrá que ver bastante con el proyecto de Base Logística con que el Ejército español nos ha llevado al futuro a los cordobeses, nos confesaba a un grupo de amigos la importancia de la planificación estratégica, y como estaba incorporada a la función militar.
Aclaro todo esto para superar cualquier diatriba que sobre esta elección tan importante, como la que acaba de tomar nuestro Ejército, se haya decidido por la provincia de cuna de alguna vicepresidenta que pasaba por allí. No despreciemos la “inteligencia militar “ por favor.
El matrimonio de Córdoba con el Ejército viene de hace décadas. Desde los CIR hasta la actual Brigada, amén de los cuarteles que ocupaban enclaves señalados en la ciudad , eran consecuencia de decisiones profesionales de nuestros técnicos de Defensa frente a otras opciones territoriales.
La posición de la ciudad en el mapa de comunicaciones terrestres y ferroviarias abonaba la fortaleza de Córdoba.

Y además, hasta disponemos del valor emocional. Los cordobeses queremos a nuestro Ejército, a diferencia de otras ciudades, véase Barcelona, gobernadas por regidoras de Podemos donde lo desprecian y, en su odio infinito a todo lo español, pretenden hasta expulsar.

El plan general vigente adelantó la oportunidad logística de la ciudad en consonancia con el planeamiento sectorial autonómico. Así lo entendimos quienes colaboramos en su edición.
El potencial logístico ha sido reclamado por agentes económicos en el convencimiento de que esta opción sería el camino para el desarrollo de la capital.
Con estos antecedentes era fundamental que cuando surgiese la oportunidad, la ciudad no la desaprovechase.
Y la ocasión apareció. Y requería, que para culminar el proceso decisorio, el territorio que en potencia estaba llamado a serlo hiciese sus tareas con nota, con sobresaliente a poder ser .
Y así ha ocurrido. Un proceso de gestión institucional pero con alto contenido técnico que merece el respeto, la consideración y aplauso de todos los cordobeses de bien.
Porque por muy bueno que sea el paño nunca se vende “encerrado” en el arca.
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Así, hemos asistido a una adecuada preparación y formulación de la candidatura de Córdoba con unos líderes que se lo han creído, lo han trabajado y se han aglutinado sin fisuras para que la oferta cordobesa fuese impecable.
Y eso es otra magnífica noticia que nos revitaliza como comunidad, necesitada de rearme en la moral colectiva para afrontar retos.
Al final , eso siempre quedará como huella de quienes a esta ciudad posaron su bien hacer para disfrute de quienes les sucedieron.
Como cordobés, nuestra gratitud a los promotores de la candidatura cordobesa, con el Alcalde a la cabeza, haciendo de ‘Gran Capitán’ que en esta oportunidad histórica la ciudad requería.
Ahora toca que la planificación y gestión municipal futura esté a la altura de tan importante gesta.