
Le pregunta el querubín al serafín:
¿A cuánto cotiza el costal?
Nadie sabía nada y todo el mundo lo sabía. Nadie había pagado a los costaleros, pero todos lo afirman. Nadie dijo nada, pero alguien emitió un comunicado desmintiendo lo que nadie había dicho. Unos dicen que el costal está a 60 euros; otros dicen que más, otros que menos y otros que a nada. Unos dicen que hubo discusión fuerte en el ensayo y otros que hace poco volvieron con 30 de una procesión ¿Quién hace daño a quien? A la Semana Santa, desde luego no, porque es otra cosa distinta a esto.
¿Me prestas los bajos?
Hace dos años y un mes todo era felicidad y opulencia. Las cuadrillas se triplicaban, en las calles no se cabía y las bandas iban en fila de a cinco para no hacer inmensa la cola. Ahora, unos cambian de repertorio para que no se les vaya la fila y otros llaman a instrumentistas porque les falta quien toque cierto instrumento. La felicidad es efímera.
¿No pueden?
Los pasos pesan dice un capataz de vez en cuando. Y algunos deben pesar tanto que en el último ensayo tuvieron que tirar de la otra mitad de la cuadrilla para acabarlo. Los cambios no son siempre para mejor y en una cofradía que se acerca al aniversario, igual lo celebran con otro cambio de capataces.