¿Contagiado o contagiador?


Primero fueron las cruces, luego los patios y vendrá en feria. Pero antes tenía cita en otra feria más señorial, aunque también allí hay caseta de la UGT

Juan Marín y María Jesús Montero./Foto: María José López-Europa Press feria contagiado
Juan Marín y María Jesús Montero./Foto: María José López-Europa Press
Juan Marín y María Jesús Montero./Foto: María José López-Europa Press feria
Juan Marín y María Jesús Montero./Foto: María José López-Europa Press

Cualquier precampaña es casi más dura que la campaña en sí. Todo se camufla de actos institucionales, visitas oportunas y, si hay fiestas populares se visten de chaqueta o se disfrazan de flamencas.

¿Contagiado o contagiador?

Su visita es la como la de ese primo solterón que, aunque es un poco triste y nunca ganará, puede dejar una herencia suculenta. De momento, su candidatura ha servido para limpiarse a los antiguos rivales de la casa que, aunque mantienen el cargo institucional, saben que les queda un añito de fotos y recuerdos inolvidables. Su visita también ha servido para que en algunas farmacias se hayan agotado los test de antígenos. La fiesta de la democracia puede haber sido la de los contagios.

No se pierde una

Primero fueron las cruces, luego los patios y seguro que vendrá en feria. Pero antes tenía cita en otra feria más señorial, aunque también allí hay caseta de la UGT y hay que atender a todos, porque la escucha es parte de la centralidad, centrada en el extremo centro. El primer día acabó comiéndose un perrito y puede que en feria lo veamos con una patata asada en las manos.

¿Quién se queda a barrer los cristales?

Al partido le pasa como a ese joven que, aprovechando que los padres se han ido de fin de semana, organiza una fiesta en casa y los amigos rompen vasos, platos y botellas. Cuando llega la hora de recoger el piso todos se van marchando y algunos niegan hasta que fueran amigos del anfitrión en algún momento. Al final barre al que le toca, te pillan tus padres, y tus amigos se ríen de ti cuando vuelves el lunes al instituto.

Ya no están ni para ganar a los que siempre perdieron

Cuando todo te sale mal (a lo mejor porque lo has hecho mal) ya no te da ni para imponerte a los que hasta ayer eran tu confluencia minoritaria. Y por más que filtres a tu tele que no vas a ir en coalición, al final tienes que tragar para luchar por unos poquitos escaños, que no dan para mandar, pero sí para sobrevivir y llegar a fin de mes.