Ya he escrito en alguna reflexión anterior que tenemos un gobierno, encabezado por su presidente Pedro Sánchez, que en el tema de la pandemia, tras su absoluto y rotundo fracaso de gestión en el primer estado de alarma, ha sido el “perro del hortelano”, no queriendo saber nada de las medidas restrictivas a adoptar, pero no cesando de poner condiciones y limitaciones desde el Consejo Interterritorial de Salud.

Cuando por fin llegaron las vacunas, que las recibimos de Europa que las compra y reparte para todos los Estados miembros y las inoculan las Comunidades Autónomas, salió el Sr. Sánchez y se autoproclamó el héroe nacional por comenzar la vacunación.

Ahora, cuando los efectos de la vacunación se hacen notar y tras el hecho de que varias Comunidades Autónomas (algunas aún no) hubiesen solicitado ya la eliminación de la obligación de usar mascarilla en el exterior, nuevamente, el Sr. Sánchez, obviando el lugar donde debería adoptarse el acuerdo, como es el Consejo Interterritorial de Salud, con una sonrisa de oreja a oreja, como si hubiese sido el gestor de la vacunación y de la favorable evolución de la pandemia, sale a regalarnos a los españoles la noticia de que el próximo sábado volveremos a vernos las caras cuando vayamos por la calle.

Es evidente que el Sr. Sánchez es un especialista en apropiarse del trabajo de los demás, lo que se dice un “aprovechao”, porque si nos atenemos a lo que él ha aportado nos hubiésemos quedado en aquellas fase en que las PCR y las mascarillas no eran necesarias, conforme le aconsejaba su inexistente comité de expertos.

Pero no nos engañemos, la noticia que con fanfarrias nos ha anunciado Pedro Sánchez de que el uso de las mascarilla no será obligatorio, sólo es otra muestra de funcionamiento de la factoría de imagen de este gobierno social comunista. Solo preocupa continuar en el gobierno, cueste lo que cueste, y el coste/beneficio electoral de cada acto que se lleva a cabo.

Lo único que preocupa es qué imagen se da, por eso, no hemos visto una sola visita del presidente al hospital, a un tanatorio o a una morgue, no vaya a ser que se le asocie con una mala noticia.

Pero no nos dejemos engañar. No cabe duda de que aunque el gobierno proponga que nos quitemos ya las mascarillas en los exteriores, y así lo acuerde la Comisión Interterritorial de Salud, ello será acordado en cada Comunidad Autónoma en función de los datos sanitarios que existan y aconsejen seguir o no dicha medida. No podemos tirar por la borda, por unos días, todo el trabajo, esfuerzo, y dolor que ha costado llegar hasta aquí.

El único motivo para que el Sr. Sánchez vuelva a vestirse de Superman y nos permita jugar a “tu cara me suena” a partir del próximo sábado cuando nos veamos las caras por las calles, es poner una cortina de humo a la bochornosa decisión de indultar a los condenados por sedición y crear una sordina al rechazo general que tal acuerdo ha provocado en España.

El Sr. Sánchez espera que todos hablemos de la mascarilla y nos olvidemos de que va a dejar el Estado de Derecho español al nivel de la suela de los zapatos. Ya verán Vds. lo que va a opinar el Tribunal Europeo de Derechos Humanos sobre la condena del Tribunal Supremo, cuando el propio gobierno de la nación va a aprobar unos indultos porque considera que se trata de una medida excesiva y se propone modificar el Código Penal para rebajar dicho delito.

Lo malo para el Sr. Sánchez es que posiblemente no sea suficiente ya para los españoles quitarnos la mascarilla para que nos olvidemos del desprecio que se hace al país y nada va a evitar, ya que los independentistas catalanes, por si mismos, se encargaran de mantener la confrontación, el daño que se hace al Estado de Derecho al menospreciar de forma tan abrupta al Poder Judicial.

Ya verán Vds. la concordia, paz y tranquilidad que se va a vivir en Cataluña en los próximos meses. Sólo nos vamos a encontrar nuevas concesiones y más discriminación con el resto de las Comunidades Autónomas.

A ver si al final no vamos a tener que, como dice Juanma Moreno, pedir todos mesas bilaterales para alcanzar la concordia entre Comunidades Autónomas y Gobierno Central.

Ahora bien, no lo duden, cualquier nueva buena noticia que se produzca, aunque sea en China, será por lo bueno y magnifico que es el Sr. Sánchez, y seguro que tendrá tiempo de contárselo a Joe Biden cuando se crucen al entrar al servicio.