Cuando parecía que, por fin, el centro derecha y la derecha española, con sus pequeñas cuitas por ese espacio fronterizo donde tener un caladero de votos, estaba centrada en liberar a España de la nefasta gestión del gobierno social comunista que habita en la Moncloa, va y nos monta un Vodevil sin parangón.

Dicen por ahí que el PP se ha dado un tiro en el píe y yo pienso que es que han cogido la escopeta del revés y se lo han dado en la cara ¡No se puede hacer peor! y ¡en el peor momento! Esto es una muestra más, como terminaba mi última reflexión en voz alta, de que los ciudadanos sólo somos meros instrumentos, contribuyentes, y que, en realidad, a buena parte de la fauna política española, les importamos un bledo. Sólo están preocupados por su sillón y porque nadie se lo mueva.

Cada día pienso más que esto se arregla con que quien llegué al poder nunca perciba más (mejor un 10% menos) de lo que venía ganando en la vida privada, única muestra de que está allí para servir y no para enriquecerse.

Pero centrándonos en el tema de Madrid pocas salidas han dejado para que el daño no sea irreparable, pues el daño ya no hay quien lo evite y tardará en recuperarse.

Pablo Casado y su equipo no tienen más posibilidad, si de verdad todavía pueden pensar en España y sus necesidades, que dimitir y cuanto antes mejor. Nada de lo que ocurra les puede salvar y cualquier otra medida sólo serán paños calientes que nada arreglaran. Y digo que sólo les cabe dimitir y salir cuanto antes porque su actuación no tiene justificación ni permite la salvación de ninguno de los que han estado en la pomada, pues cualquiera que sea el desenlace, lo que han hecho no tiene perdón: Si es cierto lo que han querido investigar de Ayuso se equivocan, porque su obligación era haberlo puesto en conocimiento de la Justicia para que actuara (eso es transparencia) y si es mentira, aún tiene menos justificación la persecución e instigamiento del que parece, en este momento, mejor activo ante el electorado. Además, si es verdad que el soplo viene de Moncloa, qué torpes Dios mío de caer siempre en la trampa del trilero Sánchez,

Pero es que a Isabel Ayuso tan sólo se le ha dejado una salida, pues, aunque todos deberíamos aprender a respetar el principio de presunción de inocencia (que luego nos gusta que nos lo apliquen a nosotros), para dejar inmaculada su imagen pública, ha de dejar claro, como el agua cristalina, que no ha cometido ninguna ilegalidad (lo que de momento así parece) y que, además, ha actuado de forma ética. Si no puede hacerlo, también, lo mejor que puede hacer es dar un paso al lado.

De otra parte, rápidamente, los demás partidos, como aves carroñeras han salido a picotear sobre el cadáver y se olvidan de mal olor que desprenden ellos mismos, que están llenos de corrupción y de una actuación similar, sólo que, como es habitual, lo disimulan mucho mejor y se defienden mejor del fuego amigo y …  del enemigo.

El PSOE bien debería callar porque en sus filas tiene ejemplos que aún huelen peor que el de la calle Génova. Recuerden, sólo respecto de situaciones similares, las adjudicaciones que se llevaron a cabo también en esa época a sociedades “extrañas” cercanas a la residencia del por entonces Ministro Illa. Pero qué bien les viene esta pelea en el centro derecha para desviar la atención de su incapacidad para gestionar una crisis en la que no hay manera de parar la subida de la electricidad, de la gasolina, de los precios, de la inflación, haciéndonos cada día más pobres.

¿Y de MÁS MADRID y su entorno podemita, qué decimos? Critican a Pablo Casado por no haber denunciado los hechos ante la Justicia y ellos, según confiesan, que lo conocían todo, lo tenían callado. A lo mejor eran conscientes de que no había nada y ahora hay que hacer ruido y aprovechar para dar la puñalada trapera al contrincante.

Y mientras tanto VOX frotándose las manos, ya que piensa que pescará en aguas revueltas, pero sin darse cuenta de que sólo será morralla lo que caiga en sus redes, ya que la pérdida que puede suponer el error garrafal de la dirección del PP, también les perjudica, pues sólo va a beneficiar al sector que no vea mermado su número de votos.

En fin, que a todos nos ha podido parecer un vodevil lo ocurrido y sólo es una película de terror, a la que hay que poner un fin inmediato, antes del susto que provoque el infarto, y con un cambio radical de personajes, no sólo en nombres sino también, y sobre todo, en la actitud de servir y no de tener y mantener el poder.