Volvamos a vivir lentamente , conscientemente
No hay invierno en tus ojos cuando duermes y el sueño
Nos deja un universo que se acerca a la calma
Y la luz transfigura la luz en las ventanas
Y una brisa doliente se confunde en la hierba
Caracoles pausados avanzan por los muros
Con su calma infinita y su huella viscosa
Todo es lento, templado, como una chicuelina
Que deja en el albero su dibujo invisible.
Las nubes han quedado amarradas en el cielo
Y sus sombras no avanzan por la piel de la tierra
Ni tan siquiera agitan los árboles sus ramas
Y los pájaros trinan sus cantos de silencio.
Los pasos se detienen , los caminos se acharan
Cansados de ese viaje que aboca a ningún sitio
Las flores han clavado su color en las lomas
Y las piedras se lavan en el cauce del río
Hoy la vida no avanza: se para en cada esquina
Mira atrás y sorprende su rostro en un espejo
Y el espejo se agita y tiembla como el agua
Y su faz se confunde y todo torna en nada.
Parece que la paz se adueña de nuestros pálpitos