El pícaro


El pícaro es un personaje típico de la literatura española de nuestro Siglo de Oro. Se caracteriza por buscarse la vida con engaños y triquiñuelas para poder sobrevivir en una sociedad en la que a veces, parece no encajar.

Parece que este espíritu de picaresca ha calado hondo en el subconsciente de la sociedad de nuestra piel de toro, y hoy día los rufianes se prodigan por doquier, aunque ya no frecuentan los bajos fondos sino cargos del gobierno. Ya no son personajes de ficción, sino que tienen puestos de responsabilidad.

Buscón, Lazarillo o Guzmán de Alfarache son personajes que proceden de lo más bajo de la sociedad, y sin títulos ni fortuna, andan día tras días en un profundo instinto de supervivencia buscando el sustento. Los truhanes de hoy en día se parecen, en mucho, a esos bribones del Renacimiento y Barroco:

  • Carecen de formación, hoy día prefieren plagiar una tesis antes trabajarla, engaño de villano.
  • Buscan su beneficio, aunque ya no para sobrevivir sino para enriquecerse más.
  • Engañan y timan sin pudor como trileros profesionales.
  • Buscan dar una imagen muy por encima de sus posibilidades.
  • No buscan el bien común sino el propio.
  • Ausencia total de valores.
  • La culpa es siempre de los demás.

Aun así, los personajes literarios, en el fondo muy nuestros, en cierto modo me parecen entrañables y dignos de lástima en muchas ocasiones, sin embargo, y aunque duela decirlo somos nosotros los que hemos de ser compadecidos por tener gobernantes fulleros dignos de ser comparados con el peor de los felones. Y, el problema, es que los pardales que nos rigen ni son divertidos ni protagonistas de novela que no sea negra.

 

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