El ocho eme


Estamos viviendo una situación extrema en la que muchas trabajadoras han perdido su puesto laboral, y son ellas las que más están pagando esta dichosa crisis

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La alcaldesa en la concentración feminista del 8M./Foto: BJ
Calvo, en la manifestación del 8M del año pasado

Ha pasado el 8M, menos mal. ¡Qué hartura! El morado de la reivindicación feminista ha empapado todo, me parece excesivo.

El día de la mujer es un invento de la Internacional socialista que, para lavar su imagen, en 1910 lo declaró como tal para reivindicar los derechos de las mujeres tales como el sufragio o la no discriminación.  Asuntos hoy ya superados, pero que parecen removerse año tras año, perdiendo la auténtica identidad del día en sí para convertirse en una disparatada performance de radicales desatadas.

Pero bueno, hasta aquí todo en orden. Mi sorpresa llegó cuando leyendo la prensa veo un artículo cuyo titular es: “Una asociación católica ataca el 8M con carteles negacionistas en las marquesinas de 31 ciudades”. Desconozco si ustedes han visto los carteles en cuestión, pero reflejan una oración a la Virgen con las palabras mujeres y Madre resaltadas, es el Ave María. No sé dónde está la beligerancia de estos carteles colocados en las marquesinas de los autobuses. No veo que la Asociación Católica de Propagandistas ataque a nadie, pero parece que a muchos progres les ofende una oración, una verdad. ¿Por qué temen tanto a los católicos? ¿por qué los cristianos son considerados enemigos? Son talibanes cotidianos, radicales de escritorio, que ven enemigos en todos aquellos que piensan diferente, o que simplemente piensan.

Pero en este día hay mujeres que no celebran nada, que siguen con su labor diaria, en su trabajo, con sus hijos, o con sus familias y que sí tienen mucho que decir en la sociedad de hoy día, con una labor continua y callada. Además, estamos viviendo una situación extrema en la que muchas trabajadoras han perdido su puesto laboral, y son ellas las que más están pagando esta dichosa crisis. A esas señoras, a todas ellas, debería estar dedicado este día. Se lo merecen.

Tanto morado ni tanto morado, hasta los logos de las empresas han cambiado su color para marcarse un punto de solidarios ¿Con quién? La verdad es que al ver tanto del mismo color, y coincidiendo con el tiempo litúrgico, me ha parecido que todos se visten de cuaresma. Así que no se quejen de los carteles católicos, que ya hacen ellos la publicidad.

Por cierto, en mi casa manda mi mujer ¿Me tengo que manifestar yo?