Tanto penar, para morirse uno
escribió el poeta un mal día
tanto penar, dijo apenas
tanto penar no quería.
Cuanto triste, cuanto amargo
Cuanta muerte, cuanta pena
¿Qué más da ser bueno o malo?
¿Qué más da, Juana o Carmela?
Ya no entiendo de valores
De principios, de promesas
Ya no creo en tus dolores
Ya no te creo cuando confiesas
No te creo cuando confiesas
No te creo cuando te mueras
No te creo al resarcirte
No te creo, apenas ciega.
Ciega de odio y de malicia
Ciegos de bilis y tormento
Sordos, mustios, quietos, muertos
Arrepentidos y contentos
Y la guerra se avecina
viene tragando millas, lenta
llegará cuando le toque
cuando salten las alertas
Y una vez aquí, no habrá
ya ni perro que nos ladre
no habrá ya ni tío en Graná
no tendremos quien nos guarde
Pero ellos saldrán corriendo
en avión o en barca a remo
con la bolsa bien repleta
y ganando en cada ciento
Y la Historia se repite
y la gente está en el puerto
y los barcos, que no llegan
en el puerto huele a muerto
Quieran a la gente de su alrededor y les irá mejor. Besos.