Crónica parlamentaria: sesión de control al Ejecutivo Agresivo


Finalmente, subió a la tribuna de oradores el señor Lorenzo, pero a estas alturas del combate solo quedaban en los escaños dos guardias civiles con tricornio

Tremenda mañana en la Carrera de San Jerónimo de la que pasamos a darles fiel cuenta porque es nuestro trabajo que si no fuera por eso íbamos a estar aquí escribiendo paridas sobre estos mangutas.

A las nueve en punto nos encontrábamos ya en la tribuna de prensa, expectantes ante el comienzo lo que se había anunciado como el debut con picadores más prometedor de la Spanish Democracy. La nueva estrella parlamentaria (portavoz del Grupo de los Rojos por Dentro y Verdes por Fuera), Aldonzo Lorenzo, había pasado la noche velando armas en la Club Toma-Toma de la Nacional IV a fin de estar preparado para el combate.

El primer parlamentario llegó pasadas las diez y cuarto completamente borracho. Un ujier le lavó la cara y lo dejó durmiendo la mona en su escaño. Para las doce y media ya teníamos casi medio aforo y a la una, la presidenta Lady Reventa, dio por comenzada la sesión ante el bochorno general. En la tribuna de invitados, una delegación del Parlamento japonés no daba crédito. Sufrieron tal ataque de vergüenza ajena que se hicieron el harakiri colectivamente exclamando: “¡Tora, Tora, Tora!”

Le correspondía el primer turno de palabra al Presidente del Gobierno, Sr. Don Koji Kabuto, que, nada más empezar su rapsodia, vomitó sobre el estrado y hubo de ser retirado a boxes. Posteriormente, el jefe de la oposición, Norijuki Pat Morita se abalanzó sobre el segundo secretario propinándole la patada de la grulla en todas sus partes, al grito de: “¡No existe el dolor en este dojo!” Pitos y palmas a partes iguales. Visiblemente cansados, sus señorías se retiraron a meditar a una cercana taberna.

La sesión se reanudó a eso de las ocho y cuarto de la tarde, viniendo acompañados, los parlamentarios, de varias gogós de Pasapoga, una excursión de coreanos y el equipo de lucha libre femenina de las Vascongadas, que se encontraba de tournée por la capital del Reino. Nada más llegar, pidieron música a la presidenta, la cual se trajo al pinchadiscos residente de Pachá, que es primo suyo. Con los primeros acordes tecno, la cosa se vino arriba y tuvo que intervenir un comando operativo de los GEO para disolver a la turba.

Finalmente, subió a la tribuna de oradores el señor Lorenzo, pero a estas alturas del combate solo quedaban en los escaños dos guardias civiles con tricornio que habían venido a dar un golpe de estado, aunque sin mucha convicción.

Sometida a votación finalmente, se aprobó por unanimidad la propuesta de demoler el edificio y construir en el solar un chiquipark. Las obras comenzaron de inmediato puesto que las máquinas estaban ya esperando en la calle, así que, a la hora que estén ustedes leyendo esta crónica no deben quedar ya en pie ni los leones.

¡Vivan los padres de la patria! ¡Santos varones!

Me marcho a Portugal.

Quieran a la gente de su alrededor y les irá mejor. Besos.