Tontos de cercanías


Somos los tontos a los que Pedro Sánchez nos quiere dar un dos por ciento del presupuesto para la defensa

Sánchez SATSE
Pedro Sánchez.

            Tontos de aquí mismo. Sin salir a lo lejos, sin llegar siquiera al Sahara, tontos del estrecho, tontos de Ceuta y de Melilla, tontos de aquí al lado. Habrá más tontos. Pues son los tontos que tenemos, los tontos de siempre, los tontos que se hacen famosos, hasta ministros. Son tontos de mogollón, tontos al pelotón, tontos de andar por casa, tontos de buenos días, tontos de buenas tardes, tontos que se nos cuelgan del cuello o de la espalda, que los conocemos, que votan, que han hecho a Pedro Sánchez presidente del Gobierno, y a otros, vaya usted a saber, tontos de autonomías, tontos del Polisario, tontos de Marruecos y de Argelia, tontos beduinos, tontos del desierto, tontos de la meseta, tontos de España, tontos para reventar, tontos de una pieza, tontos socialistas, o sea, los tontos de toda la vida.

 

            Ahora somos tontos que volvemos a donde solíamos, con nuestra guardia mora, que Franco y el Cid antes hicieron guardia propia con cojones que ya no existen. Ahora volvemos a ser guarnición perdida en las dunas que nunca fueron nuestras. Ahora somos los espectros que salimos de esas dunas para renunciar al estricto polvo que conseguimos, con un montón de muertos detrás, desde el Barranco del Lobo hasta Annual. Ahora somos los tontos que dejamos el Sahara, porque nuestro caudillo estaba mueriéndose, y no teníamos a nadie que dijese adelante. Ahora somos los tontos que les dejamos a los moros gratuitamente un  desierto con fosfatos que acaso nadie merecía. Ahora somos los tontos de las islas, con volcán incluido, que deseaban esos moros. Ahora somos los descolonizadores que vamos de perfectos tontos por la vida, según la ONU. Pero también somos los tontos a los que Pedro Sánchez nos quiere dar un dos por ciento del presupuesto para la defensa, que es como un homenaje a todos los tontos que hemos querido mantener en alto la espada española. Ahora, de hecho, somos tontos de la OTAN, que es una manera tan solemne de ser tontos como otra cualquiera. ¡Que nos diga Zelenski lo tontos que somos!

 

            Supongo que Pedro ha querido rodearse de esa tontería sagrada, de ese polvo romántico que envolvió a multitud de hombres azules y de hombre rojos que cayeron por una idea o por una necesidad, supongo que quisiera abrirse el pecho como aquellos hombres de la Legión que sin creer en nada descubrieron un destino de muerte y de gloria tras la bandera de España en las colinas del Rif. Esos son los mismos hombres por los que ahora un sultán podrá llamarle primo, como a nuestro rey, y darle rango tal vez para poder enterrarse al cabo en el sitio del gran jefe de moros y cristianos al que exhumó miserablemente un día. Quizá Pedro Sánchez quiera descansar en el Valle de los Caídos. De hecho, se hizo el Valle para acogerlos a todos, incluidos los tontos.

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Nacido en Linares, en la misma habitación donde murió Manolete. Cordobesía obliga. Licenciado en Historia, empleado público, rentista vocacional, cofrade nada ejemplar y experto en peroles. Aficionado a opinar. He sido colaborador de ABC de Córdoba, de la Cope y de los extintos periódicos locales Nuevo Diario y La Información. Soy liberal de toda la vida, por lo que me llaman fascista con cierta frecuencia. Estoy casado, tengo tres hijos, dos perros y un gato. He escrito un libro y he plantado varios árboles. Vivo en una parcela clandestina. Hay otra forma de vivir, pero no es tan divertida ni tan cordobesa.