Jose Luis Varona: armero y cazador


José Luis Varona Lucena nace en Córdoba en 1961. Desde muy pequeño estuvo ligado al mundo de las armas y del caza de la mano de su padre José Varona. Casado y padre de dos hijos dedica su tiempo a lo que considera los pilares fundamentales de su vida: su familia, su profesión  y la caza. En septiembre del 2014 publicó un libro titulado, «Memorias. Confieso que he cazado». Es el armero de Armería Varona.

La legislación española sobre armas es una de las más restrictivas de nuestro entorno. ¿Qué cambiaría, como experto en la materia, en ella?

– Efectivamente es uno de las más restrictivas, pero sería muy largo y aburrido enumerar la cantidad de alegaciones que demandamos el sector armero cada vez que el I.C.A.E  (Intervención Central Armas y Explosivos) presenta un nuevo borrador del reglamento de armas.

Lo cierto es que Cazadores, Armeros y la Real Federación de Tiro Olímpico habían exigido al gobierno la retirada «inmediata» del borrador,  porque se consideraba perjudicial para el sector, ya que en su redacción no se tuvieron en cuenta los trabajos previos de ambos sectores con la Intervención Central Armas y Explosivos de la Guardia Civil.

Finalmente el borrador ha sido retirado y solamente se hará una modificación del vigente para adaptarlo a las directrices europeas.

Queda mucho trabajo por hacer y que desde el ministerio del interior deben sentarse con los representantes de los distintos sectores afectados y adaptar el reglamento a las demandas y peticiones solicitadas para tener un reglamento justo, moderno y que no afecte a la economía del sector con tantas restricciones y trabas burocráticas para desarrollar una actividad, modalidad, o deporte con plenas garantías, siempre dentro de la legalidad.

Muchos de los accidentes en materia de Caza tienen su origen en imprudencias. ¿Qué recomienda a los cazadores para evitarlos?

– Teniendo en cuenta los miles de cazadores que salen cada fin de semana de caza en el territorio nacional,  afortunadamente son muy pocos los accidentes que ocurren, pero lo cierto es que los que pasan por el disparo de un arma son evitables casi todos a excepción de los desgraciados accidentes que ocurren por un cúmulo de desgraciadas coincidencias.

Manejar un arma no es cualquier cosa, un arma MATA, por ello toda precaución en su manejo es poca.

Son muchas las normas de seguridad en el manejo y uso de las armas a tener en cuenta, por ello voy a enumerar algunas de las principales que muchos cazadores conocen, pero que no está mal recordar.

  • Asegurarnos siempre que el arma está totalmente descargada cuando no hagamos uso de ella y la enfundemos al término de la jornada cinegética. A excepción de algunas armas más modernas, todavía hay cazadores que creen que un arma cargada y en seguro no se dispara por una caída o golpe accidental. Grave error quien piense eso.
  • No abrirse o desdoblarse en los puestos.
  • Enterrar siempre los disparos en caso de estar practicando caza mayor.
  • Ojo con los rebotes.  Cogen ángulos inverosímiles.
  • Tener el arma en perfectas condiciones, fundamentalmente el interior del cañón, ya que una obstrucción del mismo tendría fatales consecuencias para el arma y nuestra integridad física.
  • No disparar sin ver realmente sobre lo que disparamos. Debemos tener presente que en la Montería Española o en cualquier pequeña batida hay muchas personas trabajando en el monte, y también los perros; por lo tanto seamos muy prudentes antes de apretar el gatillo. Que nuestro dedo no actúen antes que nuestra vista.
  • No disparar en línea con otros cazadores.
  • Alcohol y manejo de armas es una mala combinación,  además de estar prohibido.
  • Usar alguna prenda fluorescente tal y como dice la ley para hacernos visibles con otros compañeros.
  • No salir del puesto hasta el final de la montería o batida bajo ningún concepto hasta terminada la misma. Solamente al finalizar marcaremos las reses abatidas o pistearemos en caso de que alguna este herida.
  • Precaución si cazamos con distintos calibres, utilizar otro calibre distinto al arma con la que disparamos puede tener fatales consecuencias.

Estos son por enumerar algunos de los principales a tener en cuenta, junto a tener mucha precaución en nuestros desplazamientos tanto en carretera como por los carriles hasta la finca.

¿Limitaría el número de armas en modalidades de puesto fijo, a un máximo de dos?

– Sin ninguna duda. Ya comenté cuando estaba el proyecto del nuevo Reglamento de la Ordenación  de la Caza en Andalucía que ocupar un puesto más de dos personas con armas  me parecía y me sigue pareciendo una barbaridad.

En mi opinión si dos personas con armas ocupan un puesto, basta con que sean responsables y CUMPLAN LAS NORMAS. No doblar el disparo y no abrirse del puesto. Así de simple. Seguridad y respeto a la actividad cinegética, máximo: DOS ARMAS por puesto.

¿Falta formación y práctica en algunos cazadores en el manejo de armas y normas para su utilización?. ¿Sería conveniente la instalación de campos de tiro públicos, donde se pueda practicar este aspecto?

– Pienso que la mejor formación es la que hemos tenido la mayoría de nosotros y es la mejor escuela para conocer las armas, las especies y la actividad cinegética, y es la que nos enseñaron nuestros abuelos, padres, tíos etc. Esas horas junto a ellos de «morraleros» desde pequeñitos nos sirvió para tener respeto a las armas, a las especies, amar la naturaleza y esta actividad tan bonita, y tan sana. Creo que está es una de las mejores maneras para formarse y disfrutar del mundo de la caza. A mí me sirvió para crecer y formarme en  muchos valores que aporta esta actividad en pleno contacto con la naturaleza.

Claro está que practicando en un campo de tiro el manejo del arma nos dará más seguridad con ella, junto a mejorar la puntería y destreza en su manejo.

Esta práctica debe de ir acompañada por la experiencia de alguna persona experta o instructor de tiro. Nos ayudará mucho.

Lo de un campo de tiro público lo veo difícil, ya que la mayoría de los ayuntamientos tienen otras demandas más importantes para los ciudadanos, aunque algunos hay por el territorio nacional.

Una valoración sobre la situación actual de la Montería Española.

– Pienso que la Montería Española goza de buena salud por varios motivos.

Cada año hay más caza mayor, y creo que es gracias a propietarios, gestores y organizadores de caza que se preocupan de cuidar las fincas. La prueba es la cantidad de monterías y batidas que se celebran todos los años en el territorio nacional.  La calidad de los trofeos, cada año mejora respecto a décadas anteriores. Hay demanda de fincas para  montearlas. Cada año acuden más  cazadores extranjeros para practicar esta modalidad única.

También llevamos muchos años donde la caza y especialmente la montería está socializada y gracias a ello está al alcance de todos los bolsillos. Son muchas las sociedades de cazadores de muchísimos pueblos donde se celebran monterías por precios muy asequibles.