El día que Xavi llegó al Barça como nuevo entrenador desplegó todo su catálogo de elogios hacia Ousmane Dembélé. El técnico azulgrana, en su presentación como técnico culé, aseguró que el jugador «puede llegar a ser el mejor del mundo en su posición» y, a la hora de hablar sobre su renovación, hizo una petición expresa: «Su renovación es prioritaria ahora mismo», desterrando en ese momento la posibilidad de que el Barcelona le buscara una salida para hacer caja .
Las palabras de Xavi fueron recogidas con gran entusiasmo. Las corrientes blaugranas vendieron que Xavi y Dembélé demostraron una sintonía prometedora el día que se conocieron y que el de Terrassa estuvo especialmente cariñoso con el jugador, consciente de que necesita un entorno muy concreto para ganar confianza y explotar de nuevo. Incluso se vendió que el futbolista había encontrado en Xavi una figura tutelar que echaba de menos, un entrenador que pudiera guiarle, aconsejarle y orientarle. Sin embargo, todas esas buenas y emocionantes palabras parecen haber quedado en el olvido.
De la «renovación prioritaria» al «tiene que salir ya»
Xavi se alineó con el club y pasó, en menos de 80 días, de pedir su renovación de forma «prioritaria» a abrir la puerta de salida al jugador.