Rafael Cidres, presidente de ANFANE: “Hay que ayudar a la gente, pero también la gente debe adquirir un compromiso”


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Rafael Cidres. /Foto: Irene Lucena
Rafa Cidres./Foto: Irene Lucena

Sólo los fumadores saben cuál ha sido uno de los peores días de su vida: ese en el que encendieron un cigarrillo tras otro  de manera compulsiva en una sala de espera, o a las puertas de un juzgado o en una noche en vela. Recuerdan ese momento como un punto de inflexión también y muchos dejan el tabaco para agarrarse a la vida de nuevo. Rafael Cidres (Córdoba, 1968)  ya no fuma pero recuerda los días aciagos, aquellos en los que todo se va por el desagüe. Los rememora llenos de humo, de lágrimas, de incertidumbre y vergüenza. La vida le sacó un mal naipe, como a muchos españoles les ocurrió hace una década, como sigue pasando aunque no lo reflejen ya los titulares de las noticias.

Un día eres un profesional del sector del automóvil, de los seguros, un padre de familia ejemplar y un esposo estupendo, y te levantas una mañana y tu mujer es una desconocida, dejas de ver a tus hijos y pierdes el piso. Te echan de casa. No tienes para comprar leche porque ya no trabajas, no tienes ingresos y no encuentras otro empleo. El infierno en vida. Algo similar vivió Rafael, se lo fumó todo y decidió luchar. En España los desahucios se sucedían un día sí y otro también. Una tragedia familiar tras otra. Un misil que dio justo en la línea de flotación de una clase media que aún no ha levantado cabeza. Y Rafael se puso una camiseta, agarró un megáfono y clamó justicia. Pero hasta de las causas más nobles uno se desengaña, sobre todo cuando se politizan. Así que decidió seguir peleando pero de una manera más gratificante: buscando apoyos que levantaran menos puños y colaborasen de una manera más efectiva. Ayudar a la gente a la que, como él un día, le salió la peor carta de la baraja. O a la que, sencillamente, la sociedad arrincona casi sin darse cuenta, de contrato basura en contrato basura hasta el desahucio final. Y en ese proceso decidió crear la Asociación Nacional de Familias Necesitadas (ANFANE). Tras cinco años de camino, ahora cuentan con más de 900 socios y con numerosas manos para ayudar. Eso que los políticos y los pijos llaman ‘sinergias’, pero que en realidad se trata de solidaridad. Rafael, por supuesto, cree firmemente que todos merecemos una segunda oportunidad. Esa es su lucha ahora. Y sin fumar.

 

– ¿Cómo es tocar fondo?

– Muy duro. Cuesta acostumbrarse cuando tu vida va bien y de repente todo te va mal. Se pasa muchísima vergüenza sobre todo cuando uno no ha hecho nada malo. Cuando algo, como una ejecución hipotecaria, te sobreviene, se pasa muy mal. Tocar fondo es muy malo y levantarse cuesta.

– ¿De dónde se sacan las fuerzas para salir?

– Las fuerzas las sacas cuando pasa mucho tiempo. A mí me costó recuperarlas casi un año. Un año de sufrir, llorar, no querer salir a la calle y no querer ver a nadie. Y sobre todo preguntándote muchas veces que por qué te pasa algo así, qué has hecho para que te ocurra. Dejas de pagar un préstamo hipotecario porque se pierde el empleo, y la mayoría de las ejecuciones se deben a esa situación. Estábamos en una crisis y la gente perdía su puesto de trabajo. Yo soy de los que creen que a los españoles nos han educado para pagar, no a vivir del cuento, aunque también los hay. Mientras queda la prestación por desempleo muchos siguen pagando pero cuando se acaba, o solo llega la ayuda, hay que decidir entre comer, afrontar los suministros básicos o la hipoteca. Yo saqué las fuerzas, me preparé, me formé y defendí mi propio caso.

Rafa Cidres./Foto: Irene Lucena

– Y llegó a StopDesahucios.

–  Sí, y fue una experiencia muy positiva porque se trabajaba por ayudar a la gente. Digo ‘se trabajaba’ y creo que se seguirá haciendo. No tengo mucho contacto ya con la plataforma, pero se ayudaba a la gente que tenía un problema de deuda con la hipoteca. Fueron tres o cuatro años de mucho trabajo, que allí llamaban ‘lucha’. Lucha intensiva a nivel político e institucional, en la calle, organizando muchas cosas. Teníamos algunos enfrentamientos porque algunos eran más lanzados, más inquietos y yo siempre he defendido que cuando había que ir a una entidad había que tener mucha educación con los trabajadores que estaban allí, que son empleados que no tenían la culpa de la crisis.

Yo soy de los que creen que a los españoles nos han educado para pagar, no a vivir del cuento, aunque también los hay.

-¿Los bancos son los enemigos?

– Y el Gobierno. O los políticos. Creo que hay políticos de todo tipo: los que hacen política y  otros, que, como con el tema de las ejecuciones hipotecarias, viven del cuento. Conozco a los que trabajan por el bien y tratan de mejorar las cosas, pero otros no. Otros no sé para qué están, no lo entiendo.

– Sin embargo ahora, desde esta asociación, tiene usted que negociar con las entidades financieras.

– Con todas, pero se puede negociar.

– ¿Y cómo se negocia con ‘el enemigo’?

– No es fácil pero hoy tenemos armas legales para conseguir que la gente se quede en su casa. Hoy nos asiste un Real Decreto, el 6/2012, que está permitiendo que las familias se queden en su piso y no las desahucien, porque se les hace una reestructuración de su hipoteca, y es una medida muy buena. Familias que tienen una hipoteca a 20 años que no pueden pagar y a las que los bancos les hacen una simple carencia de dos años, pues con el Código de Buenas Prácticas, si se reúnen los requisitos, el cliente no paga nada, se le realiza una ampliación hasta los 40 años. Con nuestros usuarios lo que hacemos es pedirles que guarden dinero mensualmente y a final de año los acompañamos al banco para pagar una amortización. Existen medidas como la moratoria antidesahucios, que por cierto llevo año y medio diciendo que el 15 de mayo termina, y nadie hace nada. Ni PSOE ni UP la llevan en su agenda, aunque imagino que algo harán, porque tenemos 8.000 familias en toda España acogidas a esta moratoria, y 565 en Córdoba y provincia. Como a partir de junio las entidades empiecen a ejecutar, a ver qué hacemos con esas personas.

Rafa Cidres./Foto: Irene Lucena

– ¿Cómo nace ANFANE?

– Pues ANFANE nace con un grupo de personas que estábamos en StopDesahucios. Tenía una idea y les conté el proyecto y decidieron apoyarlo e ir hacia adelante con él. Cuando estaba en la plataforma, yo defendía el derecho a la vivienda y se empezó a tratar el tema de las ocupaciones. Al principio no lo vi muy mal, quizá, por el activismo con el que vivía y sentía entonces, pero me paré a pensar en lo injusto que es que me quiten mi casa, que se meta otro señor por tres o cuatros años y yo en la calle, que soy el que ha estado pagando durante 15 años o hasta que he podido… Y entonces me senté con los responsables de la plataforma y les conté mis inquietudes. Que yo no apoyaba más las ocupaciones. La Constitución dice que todos tenemos derecho a una vivienda digna, pero para eso está la Administración, para facilitar esas viviendas. No para que una familia que la ha comprado,  que ha pagado su entrada y sus cuotas vea cómo se meten otros a vivir gratis. No se puede vivir gratis. No se les puede pagar el agua y la luz. Hay que ayudar a la gente, pero la gente tiene que adquirir un compromiso también.

– ¿Y qué personas acuden a esta asociación?

– A día de hoy de todo tipo. Nosotros empezamos solo con el tema de vivienda, de ejecuciones hipotecarias y desahucios, pero en la actualidad trabajamos el tema de cláusulas, gastos, IRPH… En enero de 2019 comenzamos a trabajar con el asunto de la violencia, y la nombro así: violencia. Del hombre a la mujer, de la mujer al hombre, de padres, de hijos… Y aquí pues acude gente de todo tipo: muy humilde, o profesionales liberales, policías, médicos… Es que a cualquiera le puede pasar esto. Hemos atendido hasta a una exconcejal del Ayuntamiento que se vio sin trabajo, sin familia y sin desempleo. A los políticos les suelo decir que se vengan un día por aquí para que vean las estadísticas reales y les pongan cara.

 Aquí  acude gente de todo tipo: muy humilde, o profesionales liberales, policías, médicos… Es que a cualquiera le puede pasar esto.

– Esta infraestructura hay que mantenerla económicamente aunque sea una asociación sin ánimo de lucro.

– Hemos estado cobrando una cuota anual de 40 euros y este año la hemos subido a 50. Pero solo la abona quien realmente puede. Estamos ubicados en lo que era un taller de platería y nosotros, junto con nuestros socios , que han ayudado desinteresadamente, lo hemos reformado todo. Las cuotas sirven para pagar el mantenimiento de las instalaciones: alquiler, luz y demás. El único recurso económico a modo de subvención es una ayuda de la Diputación Provincial de 6.000 euros. Con ellos llegamos a un acuerdo en 2016 por el cual todos los problemas de vivienda, de personas afectadas, que recibían a través del Instituto Provincial de Bienestar Social nos lo derivaban a nosotros. Pero ni en 2016 ni en 2017 tuvimos subvención, no hubo aportación económica por parte de la Diputación, aunque sí en 2018 y 2019. Con eso nos mantenemos.

Rafa Cidres./Foto: Irene Lucena

– Cuentan con el apoyo de un servicio jurídico y de atención psicológica, ¿no?

– Sí. Y de forma desinteresada. Nuestra abogada es Reyes Romero Lorenzo, gran letrada y muy buena persona. Es invidente, perdió la visión por completo hace seis años. La conocí en StopDesahucios  muy sensibilizada con todo esto. Y aquí está. Nuestra procuradora es María del Sol Capdevilla, que hasta hace poco ha sido la decana del Colegio de Procuradores. E Inés, que es nuestra psicóloga. Además de ellos, contamos con la ayuda de empresas que colaboran con nosotros: el Centro Óptico y Auditivo Cordobés, Deportes Milla, Viajes Mezquita, o la correduría de seguros San Martín. Y así, con nuestra tarjeta de asociado, se consiguen descuentos en estas firmas

Rafa Cidres./Foto: Irene Lucena

– ¿Hemos aprendido algo de la crisis?.

– Seguimos cayendo en los mismos errores. Y viene otra. No aprendemos

– Es que gran parte de lo que ocurrió en la pasada crisis se debió a un consumo desaforado, donde todo era fácil y accesible, como si no hubiera un mañana. Es cierto que llegamos a vivir por encima de nuestras posibilidades.

– De todo hay. Esa expresión de “por encima de nuestras posibilidades” no me gusta. ¿Qué hay gente que lo ha hecho? Claro que sí. Y lo seguirá haciendo. Si tú ganas 1000 no te puedes gastar 1200 al mes. Hay malas cabezas, desde luego. Pero se mete a todo el mundo en un mismo saco y parece que todo aquel que tiene problemas con la hipoteca es porque “ha vivido por encima de sus posibilidades”, y no es cierto. La gran mayoría de las personas que tienen problemas con la vivienda es porque han perdido su empleo, y se encuentran con que no hay nada.

Parece que todo aquel que tiene problemas con la hipoteca es porque ha vivido por encima de sus posibilidades, y no es cierto.

– ¿Qué espera del nuevo Gobierno en cuanto a medidas para vivienda?

– Pues no sé, porque desconozco qué proyecto tienen. De todo lo que el señor Sánchez llevaba en su programa creo que ya no hay nada ¿Esperanzas? Yo tengo muchas porque  ANFANE  lleva desde el 2015 trabajando y sacando todo para adelante con un Gobierno u otro. Nosotros vamos a seguir. Es lo mismo que le decimos al gobierno local de Córdoba. Que por cierto, aún no nos hemos sentado a hablar con el señor Bellido, aunque sí con todas las fuerzas políticas salvo  IU, porque igual no seremos de su agrado.

Sin la ayuda de nadie estamos consiguiendo que las familias se puedan quedar en su casa. Trabajar en este sentido conjuntamente con las instituciones sería fantástico.