Así viví el momento en que nos confinaron (I): “Sacar a los pacientes adelante era prácticamente un milagro”


Antonio Pontes: “Es cierto que todo esto te hace plantearte las cosas importantes de la vida, darle valor a lo que realmente lo tiene. Y eso que somos una especialidad médica especialmente dura"

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Antonio Jesús Pontes Moreno./Foto: LVC
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Antonio Jesús Pontes Moreno./Foto: LVC

El 13 de marzo de 2020 cambió nuestra vida. El presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, anunciaba el confinamiento de la población de todo el país, para detener la propagación de la pandemia del coronavirus. La mayor parte de la ciudadanía pensó que serían solo dos semanas, pero 12 meses después, la enfermedad aun no está controlada y hemos aprendido a vivir con restricciones, limitaciones a la libertad individual y nombres como confinamiento, coronavirus, ‘desescalada’ y así un largo etcétera.

En esta primera parte del reportaje que repasa este año de coronavirus hablamos con un médico, Antonio Jesús Pontes, cordobés que trabaja en el hospital de Linares como intensivista; y con Victoria Manzanares, abogada y ciudadana de a pie. Ambos nos narran cómo ha sido su experiencia y cómo les ha cambiado la vida el coronavirus.

“Ni en mis peores pesadillas”

“La verdad que es una cosa que, si bien se rumoreaba por los hospitales apenas unos días antes, no le damos mucha importancia sinceramente no estamos alertado del tema ni nadie nos había avisado ninguna autoridad sanitaria ni nada, era una broma que incluso teníamos en el hospital porque yo soy muy cofrade y me dices que me decía este año te quedas en Semana Santa y nos reíamos de él”, explica Pontes. A lo que añade que “era algo impensable, que ni en mis peores pesadillas se me hubiese ocurrido”.

“Sacar a los pacientes adelante era prácticamente un milagro”

“Este año en el trabajo ha sido una completa locura, afortunadamente en el hospital donde trabajo los EPIs no llegaron a escasear nunca”, revela el facultativo. Mientras que, a nivel personal, revela que “ha sido algo extenuante porque muchos compañeros contraen la enfermedad y nos quedábamos bajo mínimos en los servicios, en mi caso en la unidad de cuidado intensivo donde habitualmente estamos seis médicos hospital comarcal y hemos llegado a estar hasta cuatro médicos cubriendo el trabajo de 6, cuando con esta pandemia hubiese hecho falta por lo menos 8”. Y esto “realizando guardias de 32 horas con apenas 16 horas de descanso entre ellas.  Si a todo ello se suma el factor psicológico de tener pacientes muy jóvenes a los que tampoco tenemos un tratamiento 100% eficaz que ofrecerle y que en la UCI y la mortalidad es elevadísima pues supuso una carga psicológica importantísima”. Y subraya que, “en mi caso especialmente y la segunda ola dónde fue peor donde prácticamente conseguir sacar a los pacientes adelante era prácticamente un milagro”.

“Es cierto que todo esto te hace plantearte las cosas importantes de la vida, darle valor a lo que realmente lo tiene. Y eso que somos una especialidad médica especialmente dura y que estamos día a día luchando contra la muerte, no tenemos medias tintas, pero esto nos ha venido grandísimo”, confiesa el doctor.

Sobre el fin de la pandemia vaticina que, “sinceramente, a ese respecto siempre he sido un poco pesimista. Desde primera hora pienso que esto ha venido para quedarse, y que hay que buscar la manera de convivir con el, sin miedo y pudiendo realizar nuestra vida normal. Y esto se conseguirá, si Dios quiere, con las vacunas”. 

Ello sin esconder que, “respecto al tema vacunas soy más realista que los políticos, no creo que se consiga inmunizar al 70% de la población antes de verano, ojalá, pero creo que ese objetivo será a final de año, con lo cual podremos empezar a tener una inmunidad elevada a primeros de año, entre vacunados y contagiados que hayan superado la enfermedad”. Y, con ello, “poder replantear nuestras vidas a partir de 2022, con algunos cambios, pero más parecidas a las que teníamos antes de marzo de 2020, donde éramos felices y no lo sabíamos”.

“Era cada noche cuando iba a dormir y mi hijo lloraba”

Victoria Manzanares./Foto: LVC

Manzanares vivió el anuncio de la declaración de Estado de Alarma “con miedo, incertidumbre, preocupación… No sabía que iba a pasar, cuánto iba a durar, lo que iba a suponer en nuestras vidas y cómo nos iba afectar. Estaba nerviosa”.

Tras ello, para esta abogada el peor momento “no ha sido uno concreto, era cada noche cuando iba a dormir y mi hijo lloraba. No sabía cómo gestionar su angustia, porque no podía ni con la mía. Tenía que fingir que no pasaba nada y que todo iba a salir bien cuándo ni yo misma estaba convencida de ello”.

El final de la pandemia “no lo veo”

Para ella, la vida ha cambiado “en todo, nada es como era antes. La forma de relacionarte, las costumbres, el momento de salir a la calle…” Mientras reconoce que “voy dejándome llevar, dejando que pasen los días y procurando no pensar demasiado en lo que hay”.

El final de la pandemia “no lo veo. Creo que va a pasar mucho tiempo aun hasta que esto pase y podamos recuperar algo de normalidad. De hecho, creo que nunca vamos a recuperar la vida tal y como era antes del bicho”.