Abascal contra la invasión


El líder de VOX participa en Córdoba en un acto público en el Bulevar y avisa a Juanma Moreno de “que no va a permitir ni una cesión más”

Acto de Santiago Abascal (Vox) en Córdoba./Foto: Jesús Caparrós

 

La España que madruga no suele tener las tardes libres, quizá por eso la afluencia de público ha sido menor que en el último acto de Santiago Abascal  en Córdoba, allá por las elecciones generales de 2019. El calor, la pandemia y posiblemente el cansancio generalizado del ruido político frente a los problemas reales hayan hecho el resto. Aunque Abascal ha insistido precisamente en eso: su ruido no es pelear por el poder “sino por los españoles”.

Porque del Abascal de 2019 a este de 2021 hay poco de diferencia, salvo unos kilos de más que le otorgan cierta anchura de huesos. El discurso sigue siendo igual y eso es precisamente lo que vende la marca VOX: dice lo mismo en Ceuta que en Galicia. En VOX no gusta la volubilidad. En realidad VOX es producto de la misma, la que ha retratado Abascal en su mitin de Córdoba cuando ha dibujado al Partido Popular y en concreto a Feijoó y Casado como personajes de distintas caras, como el Zelig de Woody Allen, y diferentes discursos según y cómo. Y ha añadido que “el PP no nos devuelve ninguna lealtad”, en referencia al apoyo que VOX sí presta en las administraciones en las que los populares necesitan ayuda entre otras cosas para sacar presupuestos adelante.  

En esa denuncia la palma se la ha llevado Ciudadanos, “la veleta naranja”, y ha advertido el presidente de VOX a Juanma Moreno  sobre “el socio poco fiable y en descomposición” que son los de Ciudadanos y ha pedido elecciones anticipadas, que es uno de los motivos por los que Santiago Abascal ha recalado en Córdoba. De hecho ha sacado músculo – más del que ya gasta- y ha advertido al ejecutivo andaluz que “no va a permitir ni una cesión más”, ya que no quiere que “se malogre el cambio histórico que supuso expulsar al PSOE con políticas de izquierdas”.

El ‘gobierno ilegítimo’ y sus socios

Antes de recalar con su discurso en Andalucía y por supuesto en el problema con Marruecos, Abascal ha tirado de grandes clásicos como “el gobierno ilegítimo”, el “golpe de estado permanente en Cataluña” y el exvicepresidente Iglesias, al que ha denominado “vulgar contratista de matones”. Abascal mide bien el tempo de sus intervenciones y si nombra a la bicha, o sea, a Iglesias, el respetable comienza a encenderse para llegar calentito al fin de fiesta con los menas, la invasión marroquí y el himno como cierre. Para entonces ya ha denunciado el boicot de los medios de comunicación, los insultos que reciben sus votantes y el “falso futuro que ofrece la izquierda” y en concreto el Gobierno del ‘traidor’ Sánchez, que nos ha metido en las peores cifras del mundo por la pandemia, “tanto en víctimas como en la economía”, pactando “con los que dijo que no iba a pactar”. “Que te como la cara”, grita una señora de entre el público, encantada con todo lo dicho y con el propio Santiago.

La parte más crítica y contundente ha sido la referida a Ceuta y a Marruecos. Abascal estaba recién llegado de la ciudad autónoma y de comprobar que los que se están llevando la peor parte y “pagando las consecuencias son los españoles que viven allí”. No ha dudado en denunciar que los que están llegando “son en su mayoría gente en edad militar”, “menores que después tendremos que pagar nosotros” y sobre todo ha calificado al gobierno marroquí  como ‘peligroso’ ya que “envía a sus niños a tomar las calles”. “Es una invasión de nuestro territorio. El Gobierno ha cedido la frontera sur de España”, ha dicho el presidente de VOX.

“La izquierda habla de cosas raras”

Y es que Santiago Abascal es el único líder político que no solo habla claramente de ‘invasión’ sino que solicita ”la militarización permanente de Ceuta y Melilla” sin ambages. Lo hace con “el peso del sentido común” y sin el miedo “a lo que no se puede hablar”. Porque Abascal insiste en que en VOX se habla claro. “La izquierda habla de cosas raras”, en referencia, por ejemplo, a “la niña Greta” y al “ecologismo de pandereta que nada tiene que enseñar a nuestra gente del campo”.

‘Gente del campo’ a la que antes también se han referido Alejandro Hernández, hasta hace poco portavoz en el parlamento andaluz y presidente de VOX en Córdoba y la malagueña Patricia Rueda, portavoz nacional, que han precedido en el acto a Abascal. Una presencia andaluza no casual por cuanto en VOX son conscientes del peso que ha adquirido la formación en la región y el riesgo que para esta tierra también supone el asunto de Ceuta.

El acto finalizó con el himno de España y con gritos de ‘presidente, presidente’. Abascal saludó con efusividad y la gente, ordenadamente, se marchó. Mañana hay que abrir la persiana.