Ni Fidel Castro, ni Mariano Rajoy ni Felipe González se libran… ¡esto es, Carnaval!


Las duras letras políticas marcaron la segunda sesión de semifinales del concurso de coplas de febrero de la ciudad, con un cartel de "completo" en el Gran Teatro

«¡Ay Felipe tú sí que has cambiado!, eres una sombra del pasado, de un partido socialista que muriéndose agoniza!» cantó ayer la «La comparsa del loco» de Miguel Amate. Libertad de expresión. Este derecho constitucional cobra todo su sentido, aderezado con crítica mordaz o guasa, en la fiesta de febrero y anoche fue testigo de ello el Gran Teatro de Córdoba, que además, colgó el cartel de «No hay entradas».

Una chirigota con futuro.
Una chirigota con futuro.

La segunda sesión semifinal del XXXV Concurso de Agrupaciones Carnavalescas de Córdoba cargó contra el presidente del Gobierno, criticó el independentismo catalán, comparó a Fidel Castro con Francisco Franco y recordó con rabia a «aquel socialista que ahora es capitalista y le da igual el obrero». Tampoco faltó la gracia ni el ingenio en las letras de las cinco chirigotas que arrancaron la risa del respetable.

Un sábado de peso

Contra el dicho de que las segundas partes nunca fueron buenas se plantó ayer el carnaval cordobés, que vivió una segunda sesión de grupos de peso, gran calidad de repertorios y puestas en escena muy elaboradas, con todo lujo de detalles, juegos de luces, y musicalmente espectaculares. Como preámbulo, la infantil de Antonio Cobos «El Comisario» llegados de Villafranca de Córdoba, «Contigo vibro» que reafirman la continuidad de la fiesta de sus mayores.

Chirigota este año jugamos en casa.
Chirigota este año jugamos en casa.

«Los que le dieron el biberón al panda y al león», con este nombre, ¿trabajadores de un zoo? No, la chirigota de «Los Mayas», unos gasolineros que «enchufan» su manguera a un Seat Panda, Seat León y hasta al coche del mismísimo presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, que cuentan que apareció por su gasolinera «a toda pastilla y con la cara descompuesta» y al final embadurnó a muchos miembros del partido y no precisamente de combustible.

Miguel Amate y los hermanos Aranda

«La comparsa del loco», grupo primer premio de la modalidad el año pasado y con el que colaboran los hermanos Aranda -semifinalistas, por el momento, con la comparsa de Ángel Subiela, «Los Equilibristas» en el concurso de coplas del Carnaval de Cádiz- desplegó con maestría un ser «desequilibrado» confeso, el verdadero cuerdo de la sociedad. En su primer pasodoble criticaron con rabia el machismo, a quienes no toleran las libertades, a quienes se enfundan en un rol «y tratan con el pie a las mujeres». Pero fue en su segundo donde la pluma de Miguel Amate atacó de lleno a «quien se rinde a la riqueza conseguida gracias a la pobreza»; » te olvidaste del pueblo que te aclamó en los ochenta y de la gente que sufre porque eres tu quien escupe a su cara la miseria».

Comparsa del Loco.
Comparsa del Loco.

«Locura mía, prefiero estar loco a vivir solo un momento dejándome un pensamiento que pudiera castigarme» cantaron y cómo: con una armonía musical en un popurrí de los de escuchar una y otra vez.

Después de este repertorio intenso, llegó la chirigota cordobesa «Este año jugamos en casa» con un tipo ingenioso cuyo parecido con alguna realidad, seguro que no es ninguna coincidencia: con camisetas de El Naranjito del 83, en su hamaca de los colores de su equipo de fútbol, con sus babuchas empezaron con repique de baquetas muy chirigoteras. Interactuaron con el público desde el principio, porque con sus «parientas» se ve que conexión había poca: «siempre me dice lo que hay que hacer cuando empieza el partido». Y así, le acaban poniendo el pañal al perro y dejando al niño atado en el portal con la correa puesta.

«A que te enamoro» de Javier González y José Carrillo puso el punto lírico de la noche con una presentación y popurrí que eran pura poesía como su propio tipo, un Don Juan muy cordobés en una plazuela de paredes encaladas y macetas. Un decorado espectacular como lo fue su actuación, donde cantaron un pasodoble cargado del andalucismo que promulgara Blas Infante donde pedían que, para contrarrestar a quienes «embisten con mi acento sin argumento», se paliara con educación sobre la historia de Andalucía al pueblo para «que sepan defenderse de los que hablan de nuestro idioma».

Comparsa Ánimas.
Comparsa Ánimas.

La localidad de Cañete de las Torres se hizo notar y mucho durante toda la sesión. Con «Una chirigota con futuro», unos ingenieros llegados de «Minnesota, Caballo y Rey» defendieron con orgullo el patriotismo español contra «quien me mira con rencor cuando digo soy español»; «¿quién es el fascista ahora, el que obliga a callar al que no quieren?», se preguntaron, «ciudadano catalán sin libertad, preso de su propia gente». De este pueblo del Alto Guadalquivir también llegaron los copleros «Manolo para los amigos», una chirigota que dijo ser «la califa» en los escenarios pero en el ámbito privado un hombre de los que se encargan de cuidar a sus padres encargándose de que no les falten las pastillas para el corazón. Reivindicaron la importancia de la provincia en el concurso: «Córdoba mía te quiero pero te digo que para conseguir un premio de tus pueblos no me olvido».

Componentes de la mítica chirigota Los Bebés de Antonio Navajas.
Componentes de la mítica chirigota Los Bebés de Antonio Navajas.

La última comparsa de la sesión fue «Animas», un grupo de Puente Genil, que le cantó a quien «con más rabia que dolor se marchó una mañana y por fin se respiró frescor en las calles de La Habana». Comparó al «comandante» cubano con el dictador Francisco Franco para rematar un pasodoble al son de las guajiras con una sentencia fuerte: «si volviera a nacer ese que murió de pie, bailaría sobre tu tumba el mismísimo Che Guevara».

Historia del Carnaval de Córdoba

La leña a las cuestiones políticas se suavizó con el homenaje que se le rindió a la mítica chirigota «Los Bebés» de Antonio Navajas. Un grupo que hace medio siglo, cuando ni existía en concurso, empezó cantando coplillas del Carnaval de Cádiz con dos coloretes y que contribuyó en el origen de la fiesta de febrero tal y como la conocemos hoy en Córdoba. Componentes originarios se subieron a las tablas a escuchar un pasodoble homenaje y todo el teatro acabó cantando una copla del repertorio del grupo de hace más de 50 años dedicada al torero cordobés «Manolete». Historia viva del carnaval de aquí.