El Círculo recuerda en una exposición la visita de Isabel II en 1862


La monarca visitó diversos templos y establecimientos benéficos y asistió a una corrida de toros

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Arco levantado en Puerta Nueva para la visita de Isabel II. /Foto: LVC

El Real Circulo de la Amistad inaugura hoyo, en la sala Julio Romero de Torres, la exposición ‘Isabel II en Córdoba. Diario de un viaje (1862)’, organizada por el jefe de Cultura de la entidad, Roberto Carlos Roldán, dentro del programa de actos con motivo del centenario del discurso de Alfonso XIII en el Salón Liceo que agitó las estructuras políticas de España.

Crónica de una visita

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Isabel II. /Foto: LVC

A principios de verano de 1862, las principales cabeceras periodísticas anunciaban la visita de Isabel II, que llegaría a nuestra ciudad la mañana del 14 de septiembre, acompañada por una numerosa comitiva -un total de 115 personas-, encabezada por su esposo Francisco de Asís de Borbón y sus dos hijos, el príncipe Alfonso (futuro rey Alfonso XII) y la infanta Isabel.

En la misma se integraban Leopoldo O ́Donnell, duque de Tetuán; Antonio Aguilar Correa, marqués de la Vega de Armijo y ministro de Fomento; Francisco Javier Girón, duque de Ahumada; el arzobispo y confesor de S.M., Antonio María Claret, y el fotógrafo galés Charles Clifford, considerado uno de los pineros de la fotografía del siglo XIX, y que documentó esta visita oficial en un álbum histórico.

Hoja de ruta en Córdoba

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Tienda para descanso de la Reina en la Choza del Cojo. /Foto: LVC

En el sitio conocido con el nombre de la Choza del Cojo, ubicado en el arroyo de Pedroches, en el viejo camino de Rabanales, se había levantado por orden del Ayuntamiento un elegantísimo pabellón con trece arcos de herradura que formaban su pórtico y los ajimeces de sus ventanas que lo convertían en un bello monumento de arquitectura árabe. A este lugar accedieron llegadas las 15:25. Lo hicieron en unas diligencias de la empresa La Cordobesa que hacía el trayecto de Santa Cruz de Mudela a Córdoba. Descansaron durante unos minutos antes de la entrada triunfal a la ciudad.

A continuación, pasaron por la Puerta Nueva donde se instaló un arco triunfal de 17 metros de altura, coronado por una estatua que representaba la España victoriosa realizada para esta visita por el arquitecto cordobés Rafael de Luque Lubián y el artista granadino José Marcelo Contreras Muñoz. Más tarde atravesaron las calles del Poyo, plazuela de la Almagra, plaza de la Corredera (o Constitución), Espartería, Librería, San Fernando, Cruz del Rastro, Carrera del Puente, del Mesón del Sol y Grada Redonda hasta la Puerta del Perdón de la Catedral, en donde les esperaba el obispo de la Diócesis, Juan Alfonso de Alburquerque. Acto seguido se entonó un solemne Te Deum y de allí marcharon al Palacio Episcopal para descansar.

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Arco levantado en Puerta Nueva para la visita de Isabel II. /Foto: LVC

A la mañana siguiente asistieron a una misa oficiada por el obispo y, una vez concluida la ceremonia religiosa, recorrieron las naves de la Mezquita Catedral y algunas capillas como la de Santa Teresa y la de Nuestra Señora de Villaviciosa. La visita a la Casa de Expósitos, un besamanos en el salón de los Apóstoles del Palacio Episcopal, una corrida de toros en el Coso de los Tejares -se lidiaron ocho toros de la ganadería cordobesa de Rafael José Barbero, socio fundador del Círculo de la Amistad, a manos de los diestros Manuel Domínguez y Manuel Fuentes Bocanegra- y una velada en el Real de la Feria, cerraron esta abigarrada jornada.

Visita a establecimientos benéficos

Un día más tarde se trasladaron a las Ermitas y se detuvieron en la Huerta de San Antonio, propiedad de Francisco de Paula Bernuy y Aguayo, marqués de Benamejí, donde se dispuso un banquete para treinta comensales. La jornada se completó con una visita a varios establecimientos religiosos y benéficos como el hospital de Agudos, el convento de monjas Bernardas de la Encarnación, el de Santa Ana, el de Capuchinas y, finalmente, a la Real Colegiata de San Hipólito para rendir honras a sus antepasados, Alfonso XI y Fernando IV. Posteriormente acudieron el hospital de San Jacinto, popularmente llamado de los Dolores y el de Jesús Nazareno, así como la iglesia de San Rafael. Antes de partir hacia Sevilla, Su Majestad ordenó al gobernador civil que se repartiera la cantidad de 206.000 reales entre varias casas de beneficencia.

Al cabo de dos semanas, los monarcas pasaron nuevamente por Córdoba antes de dirigirse de vuelta a la capital de España.