Una ofrenda floral en el día del aniversario de la muerte de Julio Romero de Torres  en el cementerio de San Rafael ha servido, como desde hace 14 años, para homenajear a una familia que a lo largo de tres generaciones tuvo un destacado papel en el mundo del arte y del patrimonio de la ciudad, y de la que no ha quedado descendencia.

Esta iniciativa, surgida en su día de la entonces directora del Museo de Bellas Artes, Fuensanta García de la Torre, es mantenida por el foro cultural Puente de Encuentro con la asociación de vecinos Puente Romano y consiste en una ofrenda floral en el panteón donde reposan los restos de toda la familia y en una breve intervención de una persona experta en esta dinastía artística.

En esta ocasión ha sido el historiador del Arte Teo Fernández, autor de ‘Julio Romero de Torres. Vida y obra’, editado por Almuzara. En su intervención se ha basado en pasajes del libro para recrear los 130 años de presencia de la familia en la casa de la plaza de Potro, desde que llegara Rafael Romero Barros, con ascendencia cordobesa.

La familia acaba con María

Fernández ha desgranado detalles de los hermanos de Julio, así como de sus propios hijos, hasta llegar a María, la última, fallecida en 1991, y que fue quien vendió el legado de la casa a la Junta de Andalucía.

En el acto ha intervenido también el presidente de Puente de Encuentro, Bernardo José Jurado, y la delegada de Casco Histórico y presidenta de Cecosam, María Luisa Gómez Calero. Además, ha estado presentes José María Domenech y José María Palencia, por el Museo de Bellas Artes, y el argentino Eduardo Aisen, descendiente de la familia cordobesa Barcia, con la que Julio Romero se encontró durante su viaje a Argentina del que se cumple ahora el centenario.