Después de los nueve días de camino Córdoba ya ha cumplido con su objetivo: poner al simpecado blanco y oro frente a la Virgen del Rocío. A las 17:00 los romeros cordobeses ya estaban esperando para iniciar su presentación ante la patrona de Almonte. Sería una hora después cuando el guión de camino de la filial rociera emprendiese su camino hacia la ermita. Los nervios ya se notaban en la cara de los cordobeses que esperaban, impacientes, el momento de encontrarse, por fin, con la reina de las marismas.

La carreta, en tonos rosáceos y lilas, sorprendía a todos los que esperaban a su paso. También tomaron protagonismo las sevillanas, las rumbas, los vivas y, sobretodo, los rezos. Eso sí que no le faltó a la filial cordobesa. La Salve se rezó con fuerza frente a la puerta de la ermita, mientras, la hermandad matriz recibía a la junta de gobierno de Córdoba y al resto de los peregrinos.
La Marcha Real sonaba a la vez que la carreta subía la rampa de acceso al templo. Las campanas de la Fuensanta que portaban los peregrinos, también, se escucharon con más fuerza. Córdoba, por fin, ante la Virgen del Rocío.
Mañana será el día de la Misa de Romeros, a las 10:00. Después del día de convivencia, a las 00:00 el Rosario de silencio y luz inundará la aldea y, tras esto, la Virgen devolverá la visita al simpecado de la filial cordobesa, y el sueño se cumplirá un año más.