Así ven los romeros cordobeses la procesión de la Virgen del Rocío


La salida de la Virgen por su aldea ha vuelto a congregar a una multitud de devotos, entre los que se encontraban numerosos cordobeses

Rocío
Romeros aguardando la salida de la Virgen del Rocío./Foto: LVC

La Virgen del Rocío ha vuelto a colmar la ilusión y la fe de de sus devotos. Entre ellos, numerosos han sido los que han llegado tanto de Córdoba como de su provincia. Lucena, Cabra, Priego, Montoro y la propia capital han estado representadas por sus simpecados. A ellos hay que sumar cofrades como los del Perdón o la Agrupación de Cofradías, de la capital cordobesa, que han querido dejar constancia de la devoción universal que se profesa a la Blanca Paloma.

La noche ha sido vibrante y, ya antes de que comenzara la procesión por las calles de la aldea, los rezos de los avemarías se tornaban en sones ofrendados a Nuestra Señora. Bajo la siempre mirada atenta de la Virgen, hasta las 03:28 horas, Almonte guardó la reja. En las inmediaciones de la ermita el más de centenar de filiales rezaban el Santo Rosario y se colocaban para aguardar la salida de la Virgen del Rocío. Los piteros entonaban, a flauta y tamboril, las Cantigas de Santa María, que compusiera en la Edad Media Alfonso X, el Sabio. Un pretérito devocional que ha alcanzado su máxima expresión, cuando la matriz ha llegado al presbiterio del santuario y los almonteños han elevado, al cielo de la marisma, a la Blanca Paloma.

Vivas y salves han ido mostrando la alegría de sus peregrinos, mientras la Virgen del Rocío caminaba hacia ellos por su aldea. La noche se ha llenado con la luz distinta de la fe, de la piedad popular. Ante la Virgen, la mística a la que aludía el Papa Francisco se ha dejado notar entre su pueblo. Y Cabra, Lucena, Priego, Montoro y la propia Córdoba han dado fe de ello, ante el Pastorcillo Divino, ante María, Santísima, la Madre de Dios, la Blanca Paloma.