La pandemia trajo la crisis sanitaria. Y esta, la económica y la social. Al pie del cañón han estado las hermandades, que han atendido a su carisma y han ayudado -y lo siguen haciendo- a numerosas personas.

Una de ellas es la de la Pasión de la capital cordobesa, que lleva un año con su propio banco de alimentos en marcha y atiende a un buen número de familias. Del barrio de San Basilio, las que menos, pero a todo aquel que llega con necesidad, de otros enclaves de la ciudad o de pueblos, los cofrades que dirige Manuel Díaz le “echan una mano”.

Díaz ha explicado a La Voz que, “con el comienzo de la pandemia montamos un banco de alimentos, junto con la asociación de vecinos, porque había gente que llegaba a la parroquia -que estaba cerrada- y al punto de venta alimenticio del barrio y nos llamaban y nos decían que había gente que demandaba alimentos y si podíamos echar una mano. Nos unimos y decidimos montar nuestro propio banco de alimentos”.

Al hacer balance, el hermano mayor de la Pasión ha detallado que, “desde que empezamos hasta ahora, ya tenemos a 30 familias que, semanalmente, les echamos una mano en lo que podemos”. Y especifica que “hay hermanos que donan un dinero en la tienda del barrio y se retiran los alimentos. Cuando no, lo pone la hermandad o la asociación de vecinos”.