Viene el Espíritu Santo , el «alma de la Iglesia»


El obispo de Córdoba celebra la festividad de Pentecostés en la carta pastoral de esta semana

El próximo domingo se celebra la festividad de Pentecostés, los cincuenta días transcurridos desde la Resurrección del Señor, y ello «supone siempre una lluvia abundante de gracias de Dios sobre su Iglesia, sobre cada uno de nosotros, sobre la entera humanidad. Estamos necesitados continuamente de esa gracia para poder sobrevivir y para crecer en la vida de Dios en nosotros», dice Demetrio Fernández, obispo de Córdoba, en el inicio de la carta pastoral de esta semana. «Por eso, llegada esta fiesta, gritamos con toda la humanidad: Ven, Espíritu Santo».

Si Dios Padre envía a su Hijo para redimirnos del pecado, «como prolongación de esa misión del Hijo, es enviado el Espíritu Santo, que interioriza la acción de Jesucristo y la lleva a cumplimiento», escribe el prelado, y añade que «el Espíritu Santo derramado en nuestros corazones es la prenda de la vida futura. Es decir, trabaja en nuestro corazón hasta formar en nosotros a Cristo, hombre nuevo. Hasta llevarnos a la plena santidad e identificación con el Hijo». 

«Por eso, en este día de Pentecostés celebramos el Día de la Acción Católica y del Apostolado Seglar. Este año con el lema: “Sigamos construyendo juntos. El Espíritu Santo nos necesita”. Alude a la sinodalidad, construir juntos, en la que todos tenemos que aportar nuestro grano de arena, y no ir cada uno por su cuenta. La unión hace la fuerza y potencia nuestras pobres aportaciones. Y señala que el Espíritu Santo nos necesita, necesita nuestra aportación. Más bien, somos nosotros los que necesitamos de él, pero él quiere necesitar de nosotros para rejuvenecer continuamente a su Iglesia con su dinamismo divino», apunta monseñor, que recuerda la importancia y la riqueza de los distintos carismas que florecen en el seno de la Iglesia «todos provenientes de la fecundidad del Espíritu Santo». 

«Dios Padre lleva a cabo su obra con la misión del Hijo Jesucristo y con la misión del Espíritu Santo, que es el alma de la Iglesia». Pueden leer la carta en su integridad en este enlace.