La hermandad del Caído ha anunciado esta semana el nombramiento de Rafael Giraldo como nuevo capataz del palio de la Virgen del Mayor Dolor en su Soledad, De esa forma, el nuevo titular del martillo toma el testigo de Rafael Muñoz, tras anunciar este último su retirada, y supone uno de los diversos cambios de capataces que ha tenido el Jueves Santo cordobés en los últimos cinco años.
De hecho, en 2017, la cofradía del Caído anunciaba a Jesús Ortigosa como capataz de Nuestra Señora del Mayor Dolor en su Soledad. Dos años más tarde, este dimitía en el cargo y Muñoz era el encargado de sustituirlo.
Pero no han sido estos los únicos cambios de capataces en hermandades del Jueves Santo durante el último lustro. Ejemplo de ello es el de Ángel Carrero, que -nombrado el año pasado- en 2022 se estrenaba al frente del paso del Señor de la Caridad. Carrero llegaba al puesto tras tomar el testigo de Juan Rodríguez, quien no pudo seguir al frente de la cuadrilla por motivos de salud.
Por otra parte, Francisco Luis Castaño tomaba el mando, en enero de 2019, de la cuadrilla de Jesús Nazareno. Su buen hacer llevó a la cofradía hospitalaria a designarlo como capataz general de la cofradía en noviembre de 2021, por lo que el Jueves Santo de 2022 se estrenaba al frente de la Nazarena.
La hermandad de la Cena no llevó a cabo un cambio en sí cuando designó a Juan Carlos Vidal como capataz de la Esperanza del Valle, ya que lo hizo en 2018 para la primera salida procesional de la Virgen, que el tiempo impidió en 2019. Después del parón provocado por la pandemia, el Jueves Santo de 2022 se estrenaba, de forma brillante, uno de los mejores capataces que ha dado Córdoba en las últimas décadas.
La hermandad de las Angustias otorgaba su confianza a Antonio Barbudo en verano de 2019, estrenándose en la Magna Nazarena de ese mismo año y dejando de manifiesto la nueva configuración de los martillos de la jornada central de la Semana Santa en el último lustro.
