Servir a Dios y al dinero


"El afán de dinero, acariciar la cuenta corriente, instalarnos en una situación de confort nos aleja de Dios", escribe monseñor Fernández

La carta pastoral del obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, se detiene esta semana en una sentencia del evangelio del XXV del tiempo ordinario, muy conocida y usada comúnmente: «No podéis servir a Dios y al dinero». El obispo lo explica de una manera muy clara, cuando matiza que «el evangelio de Jesucristo no es enemigo del dinero ni de los bienes materiales. Necesitamos de ellos para vivir. El evangelio, en este y en otros pasajes, nos advierte que el dinero es un peligro». 

Uno de esos peligros que el dinero tiene como ‘anestesia’ del alma es que nos invita a comprar la felicidad, pero ésta no llega con el dinero como instrumento. Nunca. «Sólo una razón superior puede hacernos desprendidos del dinero. El evangelio nos invita constantemente a la pobreza voluntaria, mirando a Cristo. Es la pobreza que asumida con amor nos hace libres, nos va despojando más y más, nos va haciendo parecidos a Jesucristo, que siendo rico se hizo pobre por nosotros para enriquecernos con su pobreza (cf. 2Co 8,9)». Y el prelado pone como ejemplo la vida de los santos. «Cuando han descubierto la riqueza del amor de Dios, todo lo demás palidece para ellos, e incluso estorba para identificarse más con Jesucristo y compartir la vida de los más pobres, que salen a nuestro encuentro como una presencia permanente de Cristo entre nosotros». Y lo ilustra refiriéndose  a las figuras de santa Teresa de Calcuta y san Francisco de Asís, este último como un referente en la reforma de la Iglesia. 

 

Finaliza la carta el obispo señalando que «el Hijo de Dios al entrar en este mundo vivió en extrema pobreza, confiado en la Providencia de su Padre Dios, para alertar nuestra conciencia, que fácilmente se va tras el dinero y los bienes de este mundo».

Puede leer la carta de manera íntegra en este enlace.