Vox y el socialismo.


A continuación, les reproducimos el artículo realizado por el diputado nacional de Vox por Córdoba, José Ramírez del Río

José Ramírez, candidato de Vox. /Foto: JC
José Ramírez, candidato de Vox. /Foto: JC
José Ramírez, candidato de Vox. /Foto: JC
José Ramírez, diputado nacional de Vox por Córdoba. /Foto: JC

“Hay gente del PSOE que se ha ido a Vox, y no me extraña”. Esta frase del presidente de la Junta de Andalucía entre 1984 y 1990, José Rodríguez de la Borbolla, en una entrevista en diciembre de 2019, suscitó incredulidad en medios cercanos al PSOE en Madrid. Venía a reflejar un hecho que se percibía en los análisis electorales de un año tan cargado como 2019: era evidente que personas que habían votado previamente al PSOE estaban votando a Vox, incluso personas que habían votado a Pedro Sánchez lo dejaban para apoyar al partido de Santiago Abascal. El modelo de Francia producía preocupación entre los socialistas: los barrios en los que durante los años sesenta a noventa ganaba la izquierda, hace mucho que votan al Frente Nacional, estabilizado en torno al 25% del electorado francés. El Partido Socialista Francés casi ha desaparecido, y el español, hoy día en Europa, es casi una rareza.

Sin embargo, más allá de los miedo y previsiones de los estrategas electorales del PSOE, es necesario señalar que hay una línea de pensamiento muy importante entre los socialdemócratas en toda Europa que aboga por alejarse todo lo posible del utilitarismo y de las ideas de Rawls, de su apoyo a todos los grupos minoritarios, que ha ido en detrimento de la narración general de una sociedad igualitaria y solidaria, y que en España se vio encarnada en las políticas de Rodríguez Zapatero. En este sentido la obra de Paul Collier, titulada El futuro del capitalismo, aunque en puridad debería denominarse El futuro de la socialdemocracia, apunta con más honestidad de lo habitual en pensadores de izquierda a los problemas a los que nos enfrentamos.

Las políticas socialdemócratas han cambiado mucho la sociedad europea desde el comienzo de su aplicación en los años 50 hasta la actualidad. Han tenido aspectos indudablemente positivos, pero han minado muchos de los pilares sobre los que se sustentaban las sociedades en las que el socialismo moderado tenía sentido: han socavado la institución familiar, lo que ha conducido a una crisis demográfica gigantesca, han reducido la solidaridad dentro de las comunidades nacionales al primar las ayudas hacia colectivos de inmigrantes, generado grandes crisis territoriales y reducido la solidaridad entre diferentes grupos sociales. Todo ello es reconocido por P. Collier, profesor de la Universidad de Oxford y amigo personal de George Soros, que viene a abogar por la reconstrucción de los pilares de la sociedad en los que esas políticas de izquierda eran posibles.

Coincidimos en algún aspecto básico de la argumentación de Collier: es necesario reconstruir esa sociedad, cuyos cimientos han sido debilitados por las políticas socialistas. Sin embargo, mientras Collier aboga por una reforma de los partidos socialdemócratas para enfrentar esos retos, nosotros consideramos que sólo una reforma conservadora, con partidos comprometidos con esos valores que defiende Collier de una forma mucho más firme, puede tener éxito en este empeño. Frente a Collier, espero que la defensa del liberalismo conservador propuesta por Francisco Contreras nos permita enfrentar las crisis que se nos acumulan ya y que exigen una respuesta.

La llegada de votantes del PSOE a Vox no va a hacer más que incrementarse, pues aunque Collier verbalice la situación, la necesidad de reconstruir esa comunidad nacional y social es algo que de forma intuitiva sienten una gran cantidad de ciudadanos.