La jornada de este domingo estaba marcada en rojo para los habitantes de Lucena. Su patrona y protectora del Campo Andaluz salía en procesión, pero no en la localidad de la Subbética, sino por las calles de Córdoba, camino de la Catedral, donde la esperaba el obispo de la diócesis, monseñor Demetrio Fernández, para presidir la misa de acción de gracias por la restauración de la Virgen a manos de Enrique Ortega y Rosa Cabello.
Desde San Francisco a la Catedral, la enorme devoción que despierta María Santísima de Araceli se pudo comprobar en la multitud de personas que se dieron cita para disfrutar de un acontecimiento histórico.
La Virgen de Araceli, antes de regresar al Santuario de Aras, visitó Córdoba, repartió su gracia y dejó constancia de la riqueza de la Piedad popular que atesora la diócesis.