El pasado domingo, cuando Nuestra Señora del Socorro Coronada ha llegado en su procesión hasta la Catedral, donde se han vivido instantes especialmente intensos, la corporación letifica ha dejado para el recuerdo la estampa de San Rafael procesionando junto a la patrona del mercado Sánchez Peña. Además de acudir al primer templo diocesano con motivo del Jubileo de la Misericordia, la hermandad regalaba a la Virgen coronada un hermoso momento al llegar de regreso a su ermita, cuando la banda de música de Nuestra Señora de la Estrella ha interpretado la marcha Virgen del Socorro, del prestigio compositor cordobés Enrique Báez.
Nacido en el seno de una familia de músicos, experto violinista, Báez (Córdoba 1924-2003) fue miembro tanto de la banda municipal como de la orquesta Ciudad de Córdoba. Entre la producción para hermandades de este singular artista destacan obras como Jesús Caído, Virgen de los Dolores Reina de San Nicolás, Por una madre, Cristo de la Clemencia, Cristo Crucificado y, la más que reconocida, Virgen de las Angustias. Esta última se ha convertido, gracias a su calidad compositiva, en uno de los referentes de numerosas formaciones como la banda de música del Maestro Tejera. Sin olvidar, la labor de recuperación y divulgación que, durante la década de los 2000, llevara a cabo la banda de la Esperanza.
Virgen del Socorro, quizá algo más desapercibida que la anterior, fue compuesta por Báez en 1978, y se trata de una composición que muestra los matices de su autor. La melancolía que expresa su melodía, unida a las texturas novedosas, al igual que la mayor parte de sus piezas, hacen de la misma una de las joyas del patrimonio musical cordobés, al mismo nivel que Pedro Gámez Laserna. La marcha dedicada a Nuestra Señora del Socorro irrumpía en el fil final de una noche del septiembre cordobés, para recordar que, parte del acervo de algunas cofradías, se halla en obras de una profundidad distinta, como la gran marcha de Enrique Báez, Virgen del Socorro.
