La hermandad del Vía Crucis realiza el mejor regalo de Reyes


La corporación del Lunes Santo organiza la visita de los Reyes Magos a la residencia de ancianos de la Santísima Trinidad, donde las personas mayores pudieron participar de la ilusión de esta jornada

La contribución a la sociedad de las cofradías de Córdoba se expresa de múltiples formas y, una de las mismas, ha sido la escogida por la hermandad del Vía Crucis. La corporación ha hecho su particular regalo de Reyes a los ancianos que viven en la residencia Santísima Trinidad, perteneciente a la Obra Pía, por medio de la visita que realizaban Sus Majestades de Oriente.

Rey Mago, junto a una de las ancianas de la residencia./Foto: Hermandad del Vía Crucis
Rey Mago, junto a una de las ancianas de la residencia./Foto: Hermandad del Vía Crucis

En los rostros de estas personas mayores podía apreciarse algo que iguala la edad, la ilusión y la gratitud por el cariño recibido. Así, la iniciativa llevada a cabo por el Vía Crucis venía a dar muestra del compromiso que mantienen las diferentes instituciones que conforman la comunidad parroquial de San Juan y Todos los Santos. Este también es el caso de la hermandad del Perdón que, a comienzos de semana, celebraba un concierto de año nuevo en la iglesia de San Roque para los ancianos. Con la intervención del coro Yerbabuena, el hermano mayor, Fernando Castro, explicaba que este evento “lo realizamos con la intención de atender a todos los ámbitos que ocupan a la hermandad y los mayores de la residencia son muy importantes para nosotros”.
Sin embargo, la jornada de este jueves 5 de enero fue aún más especial para la hermandad del Vía Crucis, ya que la misma prestó su colaboración para llevar a los Reyes Magos a otro enclave especial. Así, horas antes de visitar a los ancianos, Sus Majestades sorprendía al grupo de jóvenes cofrades que partició en el programa de COPE, Córdoba Penitente. Su irrupción en el mismo también dejaba muestras de sorpresa, ilusión y alegría comparables, en buena medida, a las que tuvieron las personas mayores. Se trata por tanto de una labor que, por inmaterial, no deja de ser parte esencial del carisma de las hermandades.