El mes de noviembre es el tiempo especial dedicado a los Santos y Difuntos, la Iglesia nos invita, a rezar por ellos con la máxima contundencia y convicción. Para el cristiano es una fiesta de luz, de alegría; es más reconfortante tener un sentido de esperanza, fe y amor; sentido de eternidad, en lugar de pensar que todo se acaba, que después no hay nada. Los cristianos tenemos el convencimiento de que hemos sido creados y al abandonar este mundo, volveremos a nuestro creador, porque como dijo Jesús, “Dios es un Dios de vivos”.

La hermandad del Santo Sepulcro de Villafranca, honrará a los difuntos con la luz de una vela, que personalizada, se depositará en los escalones del altar de la ermita las Angustias. La luz de una vela es una excelente mensajera de nuestras emociones, un recuerdo vivo y candente del sentir hacia las personas y familiares que a lo largo del tiempo hemos perdido.

Para ello, la hermandad ha invitado a toda la feligresía y a los familiares de los que han perdido a un ser querido durante este año a un solemne tríduo para los días 3, 4 y 5 de noviembre, finalizando con la Fiesta de Regla de la hermandad que será el domingo día 6. Todas estas misas se celebrarán en la ermita de las Angustias, a las 19:30; además, durante estas celebraciones se pedirá y se nombrarán a las personas difuntas desde esta fecha del año pasado hasta el día de hoy.

Como decía San Agustín: “Una flor sobre su tumba se marchita; una lágrima sobre su recuerdo se evapora; una oración por su alma, la recibe Dios”.