El Lunes Santo acaba pasado por agua


La jornada estuvo marcada por la llegada de la lluvia al caer la noche

Misterio de la Redención cayendo la lluvia./Foto: Jesús Caparrós lunes
Misterio de la Redención cayendo la lluvia./Foto: Jesús Caparrós
Misterio de la Redención cayendo la lluvia./Foto: Jesús Caparrós lunes
Misterio de la Redención cayendo la lluvia./Foto: Jesús Caparrós

Tras el regreso a la normalidad de las procesiones en Semana Santa el Domingo de Ramos, el Lunes Santo tuvo todos los ingredientes de esa añorada normalidad, pero esta vez con la incertidumbre provocada por la lluvia como protagonista. 

Desde el día anterior, las predicciones daban lluvia (también la dan para el Martes Santo). Además, lo hacían en un tramo horario complicado, a partir de las 9 de la noche y -al menos- hasta las 11; lo que suponía que en ese momento debían estar todas las hermandades en la calle -o no-. Y a esa hora estuvieron cuatro de las seis que conforman la jornada. Y llovió.

Tomar la decisión no iba a ser fácil, en especial, para las hermandades de la Merced y la Estrella, las más alejadas de la Catedral y las que salían más temprano (15:50 y 16:30, respectivamente). Las dos decidieron salir y realizar estación de penitencia en el templo mayor.

La Merced marchó a buen ritmo desde la salida. La de San Antonio de Padua es una cofradía acostumbrada a venir de lejos y sabe andar. Así lo demostró desde que puso a la cruz de guía en la calle. El cortejo fue un reloj y cumplía escrupulosamente el recorrido, hasta que llegó a la Catedral en hora y reuniendo a su cabildo de aguas para decidir si se quedaban en el templo mayor o proseguían. Continuaron.

Pasos de la Estrella en la Catedral./Foto: Jesús Caparrós

Desde la Huerta de la Reina salió la Estrella, que tuvo algunos problemas técnicos en el palio, Camino de los Jardines de Agricultura, aun con más sol que nubes, las fuertes rachas de viento hacían presagiar lo peor, como después sucedió. La cofradía siguió su ritmo; llegó a carrera oficial ya con retraso, mientras los pasos de la Vera Cruz esperaban en el Puente Romano; y decidió quedarse en el primer templo de la diócesis cuando la lluvia comenzó a caer.

Hermanos de la Sentencia tras el acto penitencial del Lunes Santo./Foto: Sentencia
Hermanos de la Sentencia tras el acto penitencial del Lunes Santo./Foto: Sentencia

La Sentencia fue una de las dos cofradías que decidió quedarse en casa. La hermandad de San Nicolás no esperó y minutos antes de su salida procesional anunció la suspensión de la estación de penitencia. En ese momento, la decisión no era sencilla: el sol aun brillaba más que oscurecían las nubes y su recorrido invitaba a pensar que les daba para llegar, al menos, a la Catedral. Pero la junta de gobierno que dirige Rafael Salamanca optó por la prudencia (acertaron) y por no dividir la procesión en dos días. Dura decisión, ya que era la primera procesión de Salamanca como hermano mayor.

Poco después tenía que decidir Vera Cruz. La archicofradía tenía el hueco que había dejado la Sentencia y un recorrido relativamente corto, que les daba juego en caso de que apareciera la precipitación. El cortejo alcanzó el Puente Romano sin mayor novedad, pero el problema lo iba a tener ahí por el parón que les causó la Estrella. Los pasos estuvieron parados demasiado tiempo y entraron a la Catedral mucho más tarde de lo que debían haberlo hecho, por causas ajenas a la corporación. Aun así regresaron a su templo acortando el recorrido y con la elegancia que caracteriza a la hermandad.

Cristo de la Salud./Foto: BJ

El Vía Crucis decidió salir hacia la Catedral con el Cristo de la Salud, pero no pudo completar su recorrido. Pasadas las 9 de la noche, la lluvia sorprendió a la cofradía que terminó regresando a la Trinidad con el crucificado envuelto en plástico para protegerlo de la lluvia.

Imágenes del Remedio de Ánimas en San Lorenzo./Foto: Francisco Patilla

Ánimas decidió, como Sentencia, que no salía y la lluvia que descargó poco después de su anuncio le dio la razón a la junta que preside José Ignacio Aguilera. Los pasos se quedaron en el altar mayor de San Lorenzo y la respuesta de los fieles fue espectacular. El clima de espiritualidad con el que la hermandad realizó el acto penitencial en su templo está al alcance de muy pocas.

El Lunes Santo acabó pasadas las 11 de la noche, cuando bajo la lluvia, la cofradía de la Merced regresó a San Antonio de Padua. El adelanto horario que consiguieron fue sustancial, pero no bastó para evitar que la precipitación les alcanzara de lleno desde la Calle de la Feria. No fue -ni mucho menos- el broche deseado para un día tan esperado, pero fue una jornada típicamente primaveral, típica de Semana Santa.