Miércoles 25 de marzo (11º día de retiro)…. y yo me quedo en casa.


La mañana ha sido tremenda… un no parar… dos personas paseando al perro en tres horas… de observación… la ventana es una atalaya que no falla… pero es que no hay ni palomas….

Son las diez llega un camión de riego… los tres asomados en la ventana como si de un acontecimiento se tratara… si el camión va al veinte por ciento, que si no riega nada más que los pinos… debate superfluo.. pero es que es lo que hay, nada más.

Me estoy probando las mascarillas que pedimos por internet, tres días nada más, magníficas pero cada vez que respiro se me empañan las gafas… hace calor y al mirar por la ventana tengo una neblina visual como si La Trinidad fuera Londres.. no veo.

Con la mascarilla me veo raro… y con guantes… profiláctico total.

El teletrabajo de mi mujer es un ratito para el ordenador y otro para ponerme faena… me toca barrer y limpiar… me veo como un Freddie Mercury pero con mopa, no somos nadie.

Hoy otra vez me han puesto tarea.. las habas… compré habas el otro día y mi mujer para evitar la monotonía diaria me ha puesto a arreglar habas… no importa, espero que se compensen con el jamón. Me he acordado… Este año no tenemos habas en las ermitas, la Virgen de Belén, pero bueno cada uno tenemos un cuenco de esperanza en nuestras casas, y el corazón de Jesús. Ahí está.

Foto:Pepe Soler


Son las ocho de la tarde y aplaudimos como a diario, el problema es que los vecinos se adelantan cada día más… pero los cogemos… creo que al final de esta coronacrisis llegaremos a acompasarnos…

Y ya está… esto es lo que hay, un día más o un día menos.

Y yo me quedo en casa.