Salvando las distancias del caso de Milinko Pantic, que marcó cuatro goles al FC Barcelona en el Camp Nou y el Atlético acabó perdiendo; el del defensa del Córdoba, José Antonio Caro, ha venido a demostrar que a los blanquiverdes les hace falta algo más que suerte. Y es que el hecho de que un central consiga un doblete es siempre una salvedad. Si bien, la excepcionalidad es mayor cuando esos dos tantos de ventaja y con el rival a merced no sirven para acabar ganando.
El Córdoba repitió un guion similar al del último partido en casa frente a la Cultural Leonesa, aunque esta vez hubo diferencias. Si es cierto que se fue al descanso con idéntico resultado ante el Rayo (2-0), los vallecanos -a diferencia de los castellanos- no estaban con diez. A lo que hay que sumar que el cuadro blanquiverde cuajó sus mejores minutos en lo que va de liga. Los de Michel estaban a merced de los de Romero, que ganaron en todos los apartados. El juego y la intensidad no auguraban el mismo resultado que dos semanas atrás. No obstante, el derroche físico del primer acto pasó factura en el segundo.
Por su parte, el central, además de marcar los dos goles a pase de un recuperado Javi Lara en sendos saques de esquina, se repuso a la lesión de su compañero de zaga, Joao Afonso. Con Álex Vallejo como compañero de Caro, ambos se mantuvieron correctos atrás, pese a los ya clásicos desajustes de la retaguardia blanquiverde. Sin embargo, el día de gloria de Caro se vio ensombrecido por los dos goles del Rayo en la segunda mitad, que dieron al traste con el primer atisbo de reacción real de un Córdoba que sigue en el pozo.
El revulsivo
La llegada de Jorge Romero al banquillo blanquiverde ha dejado los mejores minutos del Córdoba en liga. Pese al mal resultado cosechado ante el Rayo, el juego exhibido en la primera parte es el camino que debe seguir el cuadro del Arcángel si quiere mantener opciones de salvación a final de temporada.
¿Han recordado cómo se juega?
La imagen ofrecida por jugadores como Javi Lara y Dani Pinillos este domingo evidencia una realidad preocupante. Y es que, hasta la fecha, ambos futbolistas habían rendido muy por debajo del nivel que se espera de ellos. En apenas una semana, la imagen que los dos han dado ante el Rayo ha sido tan diferente que cabe preguntarse ¿Por qué han tardado 18 partidos de liga en hacerlo?
