Kazuya Shimizu llegó durante el mercado de invierno para reforzar el Córdoba Patrimonio de la Humanidad, las circunstancias actuales por el coronavirus y la lesión con la que llegó al equipo solo le ha permitido jugar tres encuentros con la blanquiverde. A pesar del poco tiempo que ha podido entrenar con el equipo, en una entrevista con La Voz de Córdoba confiesa tener «buena sensación y estoy cómodo». El jugador llegaba hasta final de temporada con la posibilidad de quedarse una más y, como anunciaba ayer el club, así ha sucedido, una decisión por parte del club con la que «estoy muy contento».

Shimizu llegó procedente de El Pozo Murcia con un esguince de rodilla que, como el propio jugador ha confesado, «duró más de lo que me imaginaba» lo que le impidió jugar más partidos de lo que le hubiese gustado y «haber ayudado más al equipo». El Córdoba Patrimonio de la Humanidad ha sido el lugar en el que Shimizu y Josan, ambos procedentes del mismo club, han vuelto a unirse para estar uno bajo las directrices del otro. En este sentido Shimizu está seguro de que con Josan al frente «el equipo va a mejorar» porque «Josan tiene mucha pasión por todo relacionado con el fútbol sala y nosotros tenemos que

corresponder a su pasión».

Una parte importante del pivot está ya en la próxima temporada, un arranque que se prevé será sin público y que Shimizu valora como una situación «triste» aunque aclara que «lo entiendo por la situación actual». Con este final de competición fuera de lo normal el jugador ya piensa en lo que le gustaría poder hacer estos meses de descanso, uno de sus planes es «ver a mi familia en Japón» lugar en el que comenzará a preparar la próxima temporada ante la también cancelación del mundial de fútbol sala donde estaba prevista su participación. Desde su llegada a Córdoba, el equipo no ha logrado sumar de tres ante la afición de Vista Alegre pero confiesa que «me gusta ver el pabellón lleno» y, sobre todo, «ganar pronto los partidos ahí».