La bella tradición del montaje del Belén


Se hace inevitable en estas fechas hablar de la hermosa tradición que mantenemos de montar el Belén, un montaje que actúa como símbolo para conmemorar el gran acontecimiento que celebramos cada año del Nacimiento del Niño Jesús. Cada uno en su estilo, cada cual en su momento, hogares, iglesias, conventos, instituciones, comercios y, por supuesto, hermandades, acogen esas representaciones que durante al menos un mes serán el centro de todas las miradas que pasen ante ellas.

Hablar del Belén conlleva remontamos ocho siglos atrás y llegar hasta lo que un día pusiera en práctica San Francisco de Asís, reproduciendo el primero de la Historia. A este santo se atribuye tan feliz idea a través de distintas versiones que confluyen en un lugar, la ermita de Greccio, y en un momento, el primer cuarto del siglo XIII. A medio camino entre Roma y Asís y en fechas próximas a Navidad, se cuenta que mientras que San Francisco meditaba con la lectura del evangelista Lucas, tuvo la idea de hacer una recreación viviente del Nacimiento de Jesús. Para ello construyó una casita de paja, puso un pesebre, y llevó hasta allí a un asno y a un buey; a continuación invitó a los campesinos a reproducir la escena de la Adoración de los pastores. Lo cierto y verdad es que el germen que brotaba en ese instante, se fue extendiendo y se mantiene en la actualidad. Incluso San Juan Pablo II proclamó a San Francisco patrón universal del “Belenismo” en 1986.

Esta tradición nos permite admirar hermosas escenas que también nuestras cofradías recrean, contribuyendo a que en estos días festivos la oferta cultural de nuestra ciudad aumente. Como ejemplo, por un lado, se puede señalar la constancia de la Hermandad de la Expiración que año tras año nos da la oportunidad de admirar un tradicional Belén en su casa de San Pablo. De otra parte, resaltar el Nacimiento que se puede contemplar desde hace ya un buen número de años en la ermita de la Alegría: la Hermandad de la Sentencia es la encargada de regalarnos una escenificación cargada de detalles en un entorno espectacular y que ya es tradición visitar. En esta ocasión es un Belén napolitano. El Belén napolitano es un modelo que tiene algunas peculiaridades como poseer figuras hechas de barro y que llegó a España de la mano del rey Carlos III.

Ahondemos en la transmisión de esta costumbre, montemos el Belén, porque con ello conseguimos llegar a los más alejados de la fe y hacemos que brote la ilusión en cada uno de nosotros.