Hoy como ayer


La vida de las primeras comunidades cristianas, como se puede leer en el libro de los Hechos de los Apóstoles, refleja la manera de proceder de un grupo de creyentes, siempre en convivencia y compartiendo sus bienes con los demás. Un ejemplo para cualquier grupo, hechos reflejados a lo largo de la historia en todos los carismas de la Iglesia.
Reflexionando sobre este tema, podemos remontarnos al origen de nuestras hermandades, que se fueron multiplicando a lo largo del siglo XIV. ¿Por qué se unían en estos grupos? Sencillamente era una respuesta a las necesidades vitales que tenían las personas, de conseguir ayuda mutua. De manera individual no podían asegurarse ciertos servicios que sí iban a procurarlos en comunidad: asistencia a la hora de la muerte, misas para encomendar el alma de los difuntos… Y en ese sentido, poder acoger a otras personas. En Córdoba, Ramírez de Arellano lo cita de la siguiente manera: “hacia el año 1400, eran tantos los desvalidos que fallecían en la mayor miseria por falta de medios para su asistencia, que algunas personas de alta jerarquía se asociaron con la idea de recogerlos y darles los socorros necesarios; mas sin formar hermandad ni reunirse apenas, hasta 1443 que ya se juntaron y erigieron…” Así surge la Hermandad de la Caridad, con carácter hospitalario y caritativo.
En la misma línea, el hospital de Jesús Nazareno, documentado ya en 1490 pero que se remonta muchos años atrás, asistía a pobres enfermos. Un ejemplo de pervivencia a lo largo del tiempo, que ya recoge la cofradía un siglo después. Algo que se mantiene y que un siglo más tarde, en el XVII, se plasma en la creación de un refugio de pobres. ¿Qué queda hoy de todo esto? La residencia de mayores que las hermanas hospitalarias mantienen y el apoyo por parte de la junta de gobierno de la Hermandad de Jesús Nazareno.
Por tanto, hoy como ayer, las hermandades y cofradías cumplen un papel importante para la vida de muchas personas. Si bien no desarrollan ese mismo concepto de labor asistencial, sí atienden muchas necesidades de la sociedad de hoy. Poco hemos variado en la esencia, más bien se ha ido produciendo una adaptación a los tiempos. Seguro que sabremos mantenernos en este sentido.