Viejito


 

Esta semana, en gran parte del planeta Tierra, nos hemos permitido perder unas horas de nuestra hermosa vida viendo cómo seremos de viejos. Un jueguecillo, una fruslería, una de esas tonterías de la sociedad líquida y ociosa.

Una aplicación ( en adelante App) que según metías tu foto selfie, te mostraba mágicamente cómo serías de mayor o muy mayor, depende de la edad que se tuviera en el momento de la instantánea. No es lo mismo que la App actúe sobre un señor de 70, porque lo que sale es directamente ‘lápida’, que en mi caso, que a los 50 lo que me aparece es ‘pensionista tieso’. Con mis arrugas y mi canesú. Canas, barbita y hasta pelo en la cabeza.

El jueguecito de la semana, ya digo. Con hijos millennials es inevitable, además. A los dos días de que todo el hemisferio norte y parte del sur hubiéramos hecho uso del asunto (‘FaceApp’ se llama, por cierto), aparecieron ‘los expertos’.

‘Los Expertos’ son una variante humana de ‘Los Tertulianos’. En realidad son un subgénero de ‘Los Contertulios de La Sexta’ y ‘Los Monguers de Sálvame’. Suele haber programadores informáticos entre ellos, además de científicos de la Universidad de Los Masters Perita y periodistas de Público. Saben tela de cosas. Y nos advierten. Para empezar nos avisaron de que la aplicación era una cosa rusa, y eso ya debe ser motivo para preocuparse, parece ser. Cierto es que los países que padecieron el comunismo, salvo excepciones, suelen estar en la actualidad formados por gente tocada del ala. En Rusia, que tuvo su preludio de locura antes de la revolución bolchevique con movimientos proletarioartísticos como el Futurismo – pero no el de Marinetti, sino el de Mayakovski-  hacen apps para robarnos los datos mientras nos entretienen con monetes y gatillos y arrugas en el cuello y los párpados caídos. ‘Los Expertos’ además nos advirtieron sobre la maldad de Putin, cosa que a los españoles ni nos ha dado fu ni fa, porque tenemos a nuestro malvado Sánchez que, aunque no es cinturón negro quinto dan de judo, es malo de solemnidad y más que nos vamos a enterar. Disfruten lo votado. Pero no disfruten lo bajado, en este caso la App de la decrepitud, porque nos roban los datos personales y hasta los espirituales.

Como si no viviéramos en el país de la Agencia Tributaria. Menos lobos, caperucita.

Los rusos de mí, en este caso, pueden averiguar que he buscado en Google información sobre Donald Rumbelow, policía historiador especializado en Jack El Destripador; unas fotos de Monica Belluci (vestida); cuánto cuesta un híbrido telefónico para grabaciones; y que de Facebook me he descargado ‘La inclusión del otro. Estudios de teoría política’ de Habermas, y además en pdf y por la patilla. Todo un hacker, como pueden comprobar.

Quité la App al poco de echar unas risas con mis hijos y compartir algunas fotos para guasa general. Dicen los rusos que a las 48 horas borran los datos y los selfies de la nube. Lo han dicho en ruso, claro, pero lo han traducido en El País.  ‘Los Expertos’ nos siguen advirtiendo y ya han pasado a la fase de reñirnos. Está a punto de llamarnos fascistas, que es la etapa previa a acusarnos de votar a Vox. Son la gente que mira por nuestra seguridad, por nuestro bien, por nosotros. Necesitamos que nos cuiden, sobre todo la peña que sabe más que nosotros, que suele ser casi toda además de ‘Los Expertos’.

No se ha documentado, de todas maneras, una falla de la famosa FaceApp: con Carmen Calvo no funciona. Por más que lo intenta, le sale el mismo careto feminista. Así que, perdona bonita, pero la App a quién hace viejito de verdad es a mí. Y a Mónica Belluci, que la convierte en una entrañable ancianita. Nuestro amor platónico de senectud.