Diario de un confinamiento: Día 21. Agitado.


La agitada ministra de Trabajo.

 

Hoy me he levantado con ganas de tomar chocolate negro. Como no consumo estupefacientes, pues me he puesto la rueda de prensa de la ministra de Trabajo. El dato del paro es formato Premium y esta señora nos va a explicar las medidas adoptadas y las previsiones previstas: “Cosas técnicas de difícil comprensión, por si no me explico bien, estoy a su disposición para el mejor paradigma que le pueda surgir”. Me vuelvo a la cama.

Cuando me incorporo otra vez está en el telediario la ministra: “Los niños y las niñas de este país van a saber bien qué es un ERTE”. Compruebo a ver si, con el muermo, he puesto el Disney Channel. No. Es Antena 3. Dice la ministra que el dato del paro es ‘agitado’, como el vermú de James Bond. ¿Será que he seleccionado el canal Holywood y no me he dado cuenta?. Pues no, sigue siendo el informativo. La ministra hace gestos con las manos. Tengo el volumen bajado pero me parece que está diciendo esto: “En caso de emergencia tienen los cinturones ahí abajo, hacia la derecha está la primera puerta de salida y hacia la izquierda otra puerta, en mitad del pasillo”. Nos vamos a estrellar, está claro. Que no nos van a despedir, dice. Señora,  que soy autónomo, que ya me ha despedido usted del mercado de trabajo. La ministra sonríe. De hecho se ríe mucho. Pueden ser los nervios, claro. Traicionan cuando tienes que explicar paradigmas y cosas. Tranquiliza el sueldo, no obstante, pero se ve que la muchacha está como estresada. El lenguaje corporal de la ministra me confunde porque no sé si además de ejercer  de azafata de vuelo está intentado cazar un coronavirus volante. Me estoy poniendo nervioso y no tengo chocolate negro. Tengo el mono. Tengo mariposas en el estómago. Tengo que pagar el IVA. Tengo una ministra de Unidas Pandemias en la tele. Tengo que hacer algo.

Quiero salir corriendo pero no puedo. Me gustaría coger un avión, con una azafata más tranquila que la ministra, pero los aeropuertos están cerrados. Desearía irme de este país de ministros zumbados pero acabaría en el confinamiento de Dublín, Chicago o Toronto. Y lo de Toronto me lo pensaría, porque el primer ministro de Canadá les ha pedido a los canadienses  ”que luchen con imaginación contra el virus”. Otro zumbado. El mundo ya no es un lugar seguro. Algo ha pasado en los últimos 40 años; no sé si ha sido la alimentación, los planes de estudio o el hip hop, pero ha destruido las cabezas sensatas. Ha malogrado a la juventud. Ha contaminado a nuestros mayores. Los está matando, en realidad.

Dice la ministra que el dato del paro es agitado. Agitado debería ser el infierno donde ardan los desahogados, los inútiles y toda la casta política que se ríe en una rueda de prensa con más de 10.000 españoles de cuerpo presente. Disculpen este último comentario. Pero es que después de tantos días de encierro, estoy algo agitado.