¿Luna de miel?


Ahora, precisamente ahora, en el mismo momento en que en el Ayuntamiento se encienden los fogones para preparar los guisos con los que se alimentará toda la maquinaria municipal en 2017, como es el caso de las ordenanzas y los presupuestos, es cuando más se complican las relaciones entre las tres formaciones políticas que, de una manera o de otra, sustentan el gobierno municipal. Tanto un documento como otros son los más importantes que se generan en el Consistorio, ya que marcan las líneas de actuaciones, las disponibilidades económicas, y sobre todo los criterios políticos que regirán la gestión. Ahí es nada. Todo lo demás; es decir, el trabajo del resto del año, no es otra cosa que el desarrollo de estos dos documentos, salvo sobresaltos de última hora.
Éste es el momento en el que si no hay unión lo que no se necesita es que haya fricción alguna, y esto es lo que no ha faltado en la calle Capitulares desde el pasado lunes. Ese día se vivían las reacciones a la intención de la asamblea de Ganemos de participar en el gobierno municipal, algo a lo que IU respondió con alegría y cautela. Mientras, el silencio masticable del grupo municipal socialista se rompía de forma estrepitosa con un comunicado desde la sede de la avenida del Aeropuerto en el que se venía a decir, a grandes rasgos, que el pacto marcha bien y que a qué viene que 96 miembros de Ganemos decidan por todos los cordobeses. A partir de este momento se lió la cosa en el cruce de declaraciones que todos conocemos y que ayer suavizó la alcaldesa, Isabel Ambrosio, afirmando que ella está “cómoda” trabajando con Ganemos. Caramba, utiliza el mismo adjetivo que Pedro García.
Entre medias está el asunto del Consorcio de Turismo, algo muy complicado de resumir pero que ha logrado generar algunas de las reuniones más tensas que se han celebrado en Capitulares. Hoy se puede escribir en el Pleno el último capítulo. O no. Porque como en las buenas películas el carpetazo al Consorcio prevé una buena serie de secuelas. Al tiempo.
Otro asunto que no se puede pasar por alto pero que también ha expuesto a la luz pública que las relaciones entre PSOE e IU no pasan por ser una luna de miel, ni mucho menos, es el culebrón que desde hace un año se vive en torno al futuro de la factoría de Cosmos. En noviembre del pasado año IU suspendió por un año la licencia que concedió la Junta para la valorización de residuos, con la intención de innovar el PGOU para que las empresas que necesitasen este tipo de combustibles funcionen cuanto más lejos mejor del casco urbano. Claro, esto está muy bien para las industrias de nueva planta, pero Cosmos, la antigua Asland, con casi un siglo de historia a sus espaldas no se puede desmontar como un mueble de Ikea para montarlo otra vez en plena Campiña. A la empresa, los trabajadores y los sindicatos les duele la lengua de decir que si se consuma la innovación del PGOU se considerará como un golpe de descabello en una de las factorías más importantes que tiene una ciudad muy poco industrializada, como es Córdoba.
Pues a cuenta de este asunto, el portavoz de IU, Pedro García, anunciaba a principios de esta semana que el consejo rector de la GMU iba a iniciar la tramitación de este expediente, algo que enseguida encendió a buena parte de la oposición por lo que supone de burla al trabajo intenso de los componentes de la mesa sobre Cosmos, cuyas conclusiones están a punto de ver la luz.
El mismo miércoles, el día en que se reunía el consejo rector, se retiraba el expediente del orden del día alegando unas razones personales más que justificadas de Pedro García que no iba a poder presidir la reunión. Hasta aquí, todo tiene su lógica. Pero horas después, en esa misma tarde, los medios de comunicación cordobeses recibían una nota de la alcaldesa en la que valoraba positivamente esta retirada.
Hoy mismo, Isabel Ambrosio ha vuelto sobre el asunto y ha afirmado que todo se debe a que “nadie malinterprete que se iba contra la mesa de consenso en un asunto que sabíamos que es difícil”, un argumento que desde las filas de IU no se ha contemplado. De este modo se concluye que la alcaldesa, muy suavemente, con guante de seda, con exquisitas palabras, ha puesto en evidencia que en el asunto de Cosmos no piensa lo mismo, ni mucho menos, que su socio de gobierno.