Dos años en Córdoba y para Córdoba


Hace dos años nacía La Voz de Córdoba. En aquella luminosa mañana festiva echaba a andar un nuevo medio de comunicación con vocación de permanencia desde unos principios tan sólidos como impermeables y que son los que dan su razón con el respaldo creciente, y siempre agradecido, de los lectores.

Aquella mañana del 8 de septiembre de 2016 se abría hueco en los teléfonos móviles, en las pantallas de los ordenadores y de las tabletas un periódico que desde entonces mira a Córdoba desde una manera muy personal, lo que agrada a muchos e incomoda a unos pocos. Así es la vida. Aquel día la actualidad venía marcada por la irregularidad, otra más de las conocidas, de la Fundación Guadalquivir Futuro; por el triunfo de Finito de Córdoba, Alejandro Talanvante y El Fandi en la plaza de Cabra, o por el colorido de siglos de la fiesta de los Piostros en Pedroche.

Era una mañana festiva la del nacimiento de La Voz de Córdoba, entre el sonido de las campanitas de barro que repican cada año en los estertores del verano en honor de la patrona de la ciudad, de la que dijo el obispo, Demetrio Fernández, en la homilía de su misa solemne que «la fiesta de la Fuensanta sin la Virgen es la nada con sifón», unas palabras que removerían el trasero de quienes pretenden quitar a esta Velada todo componente religioso.

Pero no todo fue radiante el día en el que nacía La Voz de Córdoba. A primera hora de la mañana tuvo que dar su primera mala noticia, el fallecimiento de la concejal socialista María José Moros, una mujer, preparada, dialogante, trabajadora y cuyo hueco en el gobierno municipal aún se nota. Así es la actualidad y así se han ido encadenando las noticias día a día, conformando el pulso vital de una ciudad, entre las informaciones que agrada publicar y aquellas que no gustaría que ocurrieran.

A La Voz de Córdoba no le han dolido prendas en este tiempo aplaudir todo aquello que había que aplaudir y en señalar con el dedo aquello que no está bien. Desde los principios inspiradores de este medio de comunicación se ha ofrecido a los lectores los datos y las claves para que sean ellos quienes, en plena libertad, lleguen a sus propias conclusiones.

El futuro es la verdadera pasión de quienes forman la gran familia de La Voz de Córdoba, a la que no mueven más intereses que lograr, más pronto que tarde, una provincia próspera y en vanguardia, así como una sociedad que decida en libertad y sin tensiones absurdas en la convivencia. Si estos dos años han sido de Córdoba y para Córdoba, los venideros lo serán aún más.