Cuatro años de fractura y provocación a la mitad de los cordobeses.


Acaba su periplo el primer gobierno municipal  socialista desde el 78. El autodenominado “gobierno de las personas “, sostenido por un grupo socialista fracturado entre la alcaldesa y seis más, coaligado con la IU más radical y frentista de toda la democracia y apoyado en un experimento populista de izquierdas, Ganemos,  que se ha ido diluyendo en sus propias controversias orgánicas hasta la defunción por escisión. Tras esto  solo nos anima un deseo: Que el domingo venga al Ayuntamiento de Córdoba  gente que sume  cordobeses no que les divida y enfrente.

En lo que más preocupa a las personas, el empleo, el gobierno municipal ha sido un lastre,  en lugar de un impulsor, con un Concejal  de Urbanismo y Turismo  ahuyentando inversores y ninguneando  a todo aquel que osaba cuestionarlo. La alcaldesa durante cuatro años  missing, ahora de candidata recula y pide apoyo para no  depender de los bolcheviques.  

En cuanto a la prestación de servicios públicos y ejecución de obras de mejoras en los barrios el resultado ha sido decepcionante: más de 50 millones previstos para inversiones  sin gastar  y la única obra recordable será pintar los pasos de cebra a dos días de las elecciones. Gracias alcaldesa por tu tuit, no pudo ser más descriptivo de tu nogestión en estos cuatro años.

Pero a falta de hacer por el bien común, de servir al interés general en la dirección política de nuestra  administración pública local, sí han hecho mucho por algo absolutamente innecesario: dividir y enfrentar a los cordobeses.

En la más pura estrategia zapateril han optado, o se ha dejado llevar,  por inventar,  reeditar y atizar  luchas, “guerras” entre cordobeses,  para distraer y tapar las carencias de su nogestión.

Otra vez curas y católicos en su punto de mira. Empezamos con el ataque al cuadro de  San Rafael y han terminado apoyando a  las toca narices de las “macunazis” que jamás osarían, ellas tan valerosas, ir  contra los velos  del medievo que imponen las creencias que vienen  de desiertos remotos y montañas lejanas. Pasando por la inocua pelea de la intentona de desamortización de la Mezquita-Catedral, comisión esperpéntica incluida, cuyas teledirigidas conclusiones fueron atajadas con rigor y suficiencia técnica por los propios servicios jurídicos municipales.

La  Córdoba católica solo ha encontrado amparo  en dos concejales del equipo de gobierno, tal vez por eso no sigan, que sí han demostrado respecto a la pluralidad y a las tradiciones de miles de cordobeses.  David Luque y, sobre todo, Emilio Aumente, principal artífice  del apoyo administrativo al  traslado de la carrera oficial junto a la Catedral. El hito más importante, en términos políticos y de ciudad, del gobierno Ambrosio.

Cambiar el nombre de la calle Cruz Conde o de la Av. del Conde  Vallellano, demostrando desconocimiento y  despreciando la realidad histórica, sólo ha pretendido distraer la atención de un gobierno local cuya tendenciosa desatención  a las necesidades públicas ha llenado de penumbra y depresión económica el centro comercial de Córdoba.

La humanidad necesita reparación y  concordia,  no ajustes de cuentas y revitalización de rencillas para tapar frustraciones y justificar nuevas políticas.     

Desde Julio Anguita a Andrés Ocaña la izquierda local ha tenido dirigentes políticos presidiendo Capitulares que han ennoblecido la representación ostentada, gobernando desde su compromiso  político y coherencia ideológica pero respetando al contrario. Esa trayectoria  en esta corporación la han mancillado la alcaldesa, y sobre todo,  el vicealcalde, el que ha “mandado”  de verdad,   que ha gobernado las más importantes áreas municipales a su “puta bola”, si me permite la cita  el grande de Balta a quien aprovecho para felicitar por su brillante entrevista en ABC a este aprendiz de Maduro.

Hasta el final, socialistas y comunistas,  han demostrado su poca convicción democrática y respeto a la pluralidad informativa. Negando a este medio la posibilidad de entrevistarles en esta campaña electoral como sí han aceptado los alcaldables de PP,  Ciudadanos y Vox.

La candidata socialista ha puesto como condición que se le remitiesen las preguntas por escrito para contestarlas por el mismo medio, algo a lo que nuestra profesionalidad no se va a plegar.

El número uno de IU ha sido más directo y descarado en su desprecio a los lectores de este diario digital, diciendo no a atender las preguntas de La Voz. Lo cual tampoco no  nos sorprende de un responsable público que desde que nació la Voz ha dado instrucciones directas de que no se nos dé ni un euro de publicidad, como si el dinero público fuese suyo, pensando así que nos iba a amaestrar.

Siempre llega el final del túnel: El domingo los cordobeses tienen la palabra.