Tomate to the People


Hoy, con el permiso de ustedes, les voy a escribir sobre rock and roll. Jack White, el genio de la guitarra, compositor y 50% de The White Stripes dijo una vez sobre el LP «Exile in Main St.» de los Rolling Stones: «Cuando lo escuché por primera vez pensé que era como si el grupo caminara hacia todos los sitios al mismo tiempo». Eso mismo fue lo que pensé yo el otro día cuando escuché «Rock con Tomate», el primer disco de estudio de No Me Pises Que Llevo Chanclas desde 2015. La banda palaciega alcanza una nueva cota de madurez con estas once nuevas canciones que conforman su disco más rockero y, quizá, el mejor de su carrera.

«El Tomate Cantante» (primer single) es un alegato a favor de la Naturaleza y de la vida agrícola tradicional en contraposición a los nuevos usos industriales/científicos que nos separan de la tierra a la que antes estábamos unidos.

«Jamones robados» es rock de garaje sencillo y directo que manda un mensaje (sobre una batería descarnada) a la línea de flotación de la audiencia. Es la historia de un ladrón de jamones de bodega que asalta los almacenes de noche para luego venderlos haciéndolos pasar por ibéricos pata negra.

«Me equivoquéle puse una Gno sé escribirno sé leer»

Aquí está la Andalucía profunda de las ventas y las carreteras secundarias, del polvo y del desamparo. De esa gente que sigue esperando que los de siempre les echen por fin una mano.

Con «Rosarito» (un nuevo single en potencia) NMPQLLCH nos inyectan la alegría del nuevo despertar, de la vida que se abre paso. Ponte un pañuelo al cuello y sal a bailar porque hemos venido a este mundo a vivir.

«La Penúltima» es una de mis favoritas. Como leí a alguien en Twitter (perdón por no recordar su nombre) podría ser la precuela de la mítica «No veo ná». Es aquello de que bajas al bar de la esquina a comprar tabaco, te encuentras con unos y con otros y apareces por tu casa a media mañana del día siguiente cantando bajito. Un rock clásico y pegadizo, que desde que lo escuché por primera vez, pongo en bucle en el coche cuando llevo a los nenes al cole.

«Rockero andaluz» es un paréntesis en la comedia. La banda homenajea aquí al pionero rock andaluz de los años setenta. Smash, Tabletom, Triana, Alameda, Medina Azahara… El estilo propio del rock del sur que nació de la fusión del soul y el blues que llegaba de Rota y Morón con el flamenco que se cantaba en las ventas de las afueras de cualquier pueblo andaluz. La historia nos cuenta el desamor de un cantante de rock cuya novia no acepta los inconvenientes de su profesión. Metamúsica: la dura vida del rockero y el aguante (en palabras del batería, Pepe Linero) imprescindible para seguir en la carretera año tras año y década tras década.

«El poeta» vuelve a la comedia. Vamos a reírnos un poco de la escena cultureta construida a base de fachadas de cartón como los pueblos del oeste del desierto almeriense. Fundamental el papel del vocerío haciendo de Sancho Panza que baja al suelo al poeta destalentado. El estribillo por si solo hace que merezca la pena todo el disco. Escúchenlo.
«El Rock de Comodoro» es un tema muy especial. A 15.000 km de distancia de Los Palacios hay un club de fanes chanclero de pura cepa. En la ciudad de Comodoro Rivadavia, en la Patagonia, un grupo de irreductibles argentinos llevan escuchando a la banda desde los años ochenta. La conocieron a través de un compañero de estudios en Buenos Aires, que les puso un cassette de «Agropop» y desde entonces son fanáticos del grupo. Este mismo año, Los Chanclas cruzaron el charco para conocerlos y actuar ante la parroquia patagónica. De ese mágico encuentro nació este himno, mezcla de grito de guerra austral y versos andaluces. Gran homenaje al gran Renzo y a sus amigos, una peña de gente fiel al chanclismo, aún con el Atlántico de por medio.

«Potaje de garbanzos» (segundo single y vídeo) es una canción pura de amor. La declaración de un maduro amo de casa a su pareja, a la que quiere y cuida y a la que no se cansa de hacer potaje de garbanzos. El ritmo funky del tema te eleva sin que te des cuenta y la frase «Es que no me canso de hacer potaje de garbanzos» se te clava en el cerebelo y no puedes dejar de repetirla (doy fe).

En «Pony Bravo» volvemos al rock de garaje. Un temazo sin paliativos que reventará los directos. ¡Vivan los ponys bravos! ¡Viva la fuerza del rock!

«Yo no quiero una mascotaque me haga la pelota»

NMPQLLCH entra de ello en el disco-indie de la mano de Varry Brava, uno de los grupos más sobresalientes y refrescantes del panorama actual, con ¨La vida es una fiesta». A pachas nos hablan de la alegría de vivir y de su cariño por el mundo de la noche.

«Me dicen: compadre, tú no tienes bastante. Se te vuelve todo vasos llenos de aire»

Ritmo discotequero que te hace saltar del sofá y llamar a los colegas para irte de fiesta sin hora de vuelta.

Cierra el disco «El Jardinero» que es un último giro inesperado. Garrapaterismo jerezano del Ratón delinqüente, rebeldía del palaciego Astola y la voz de Teto para contar la historia de una macetas que crecen felices en el jardín, para luego hacer feliz a su jardinero. El tema empieza con un flamenco delincuencial para acabar con el rock ortodoxo y potente que abandera la banda.

Como dijo Pau Donés: «En lo puro no hay futuro, el futuro está en la mezcla. En la mezcla de lo puro, que antes de puro fue mezcla». Esta mezcla es puro power. Power to the People, que decía Lennon. Tomate to the People.

Ahora olvídense de todo esto que han leído y sumérjanse en la escucha de Rock con Tomate. Merece la pena.

Quieran a la gente de su alrededor y les irá mejor. Besos.

Edu Bautista.